Los policías municipales de Mazatlán que causaron la muerte de dos miembros del Ejército, en un supuesto enfrentamiento, se encuentran retenidos por las autoridades judiciales sujetos a investigación, ante la versión de que las víctimas no portaban armas de fuego.
La madrugada de ayer lunes el oficial Mario Aquino y el cabo Fermín Ramírez viajaban en una camioneta Caravan, placas VND-1254, cuando fueron interceptados por policías en la colonia Ramón Iturbide, en el puerto de Mazatlán, en donde inició una persecución.
La Procuraduría de Justicia del Estado recolectó 130 cascajos percutidos de armas de fuego que son analizadas por peritos en balística, para cotejar los calibres de las armas utilizadas por los policías, puesto que a los militares muertos, los cuales se encontraban fuera de servicio, no se les encontró ningún tipo de armas.
En la averiguación previa se coteja el parte informativo emitido por la Secretaría de Seguridad Pública del puerto, en el sentido de que los policías respondieron a una alerta de que hombres que viajaban en una camioneta con esas características habían levantado a una mujer.
