John F. Kennedy y Jacqueline Bouvier antes de su boda en 1953
Aunque muchos biógrafos norteamericanos se han dado a la tarea de mostrar el rostro mujeriego del presidente Kennedy, esto no lo desplaza de ser el mandatario más popular en la historia de esta nación, con un 70.1 por ciento de aprobación hasta el día de su asesinato.
Más allá de las historias cinematográficas que, muy al estilo americano, hablan de una conspiración para asesinarlo, lo cierto es que fue popular, carismático y amado por la mayor parte de la prensa, incluso la internacional. A cincuenta años de su asesinato, cómo no recordar que entre la lista de conquistas del gentleman político por excelencia, se encuentran, entre otras, Marlene Dietrich, Marilyn Monroe, Mimi Alford, o la ex de Frank Sinatra, Judith Campbell.
Además, en esa lista se encuentran nombres no tan decorosos como el de la prostituta Ellen Rometsch. Sin embargo, su brillantez intelectual ha hecho que sus discursos, el manejo de la crisis nuclear con Rusia y sus programas sociales, sean objeto de estudio como modelo de gobierno y modernidad.
Kennedy, un aristócrata de Boston, cuya familia era popular por los escándalos sexuales de los varones, pero también un político de avanzada que a cincuenta años de su muerte sigue generando lágrimas.