En 2012 la ciudad estadounidense de Las Vegas recibió 39.7 millones de visitantes. Esta es una cifra enorme para una ciudad que cuenta con una población de apenas 584 mil habitantes según el censo de 2010. En contraste, todo México recibió solamente 23.9 millones de visitantes internacionales en 2011.
El juego es legal en Nevada, estado en el que se encuentra Las Vegas, desde 1931. Los casinos han sido la base de la industria turística de la ciudad. Millones de personas se trasladan a ella para apostar ya que esta actividad no se permite en sus lugares de origen.
Solamente los ingresos por juego en el condado de Clark alcanzaron los 9,200 millones de dólares en 2011. A esto habría que añadir hoteles, comidas, bebidas, espectáculos, compras y otros rubros. En 2012 la derrama total que dejaron los visitantes en Las Vegas fue superior a los 42 mil millones de dólares. En contraste, México obtuvo en 2012 ingresos totales por turismo de sólo 12,700 millones de dólares.
Los empresarios de Las Vegas han sabido desarrollar una industria turística que va más allá de las apuestas. Desde 1957, cuando se presentó el primer espectáculo topless en el bar Minsky's Follies del hotel Dunes, Las Vegas ha sido escenario para shows de todo tipo. Desde Elvis Presley y Frank Sinatra en los años sesenta hasta el Cirque du Soleil en la actualidad, los espectáculos de Las Vegas son reconocidos por su calidad, la cual compite y muchas veces supera a los que se presentan en Nueva York o París.
Las Vegas ha logrado convertirse también en uno de los centros de convenciones más importantes del mundo. Cada año se realizan más de 19 mil convenciones en esta ciudad. En 2011 hubo más de 4.8 millones de visitantes por este concepto.
Es difícil caminar por Las Vegas sin encontrar a mexicanos. Los vuelos de Aeroméxico, Volaris, U.S. Airways, Delta y United llegan cargados de nuestros connacionales ansiosos de dejar sus dólares en una ciudad en la que se permite el juego. Algunos viajan varias veces al año para gozar de la emoción de las apuestas.
Los casinos están prohibidos en México. El gobierno permite algunos tipos de apuestas, como el bingo o las que se hacen sobre competencias deportivas. Tiene también sus propias operaciones de apuestas, como la Lotería, Pronósticos Deportivos y Melate. Los juegos de cartas, la ruleta, los dados y las máquinas tragamonedas están prohibidos, aunque todos ellos existen de manera clandestina. Ninguna autoridad puede eliminar el encanto de lo prohibido.
No es fácil replicar el éxito de una ciudad como Las Vegas. Parte de su encanto es que ha sabido ir más allá del juego para construir una especie de Disneylandia para adultos que ha tenido un éxito espectacular.
Pero en un momento en que la industria turística mexicana enfrenta serios problemas, la actitud del gobierno mexicano de seguir prohibiendo el juego, o más bien de permitir ciertos tipos y sólo a algunos operadores, es no sólo moralista sino hipócrita. Muchos de los mexicanos que llegan a Las Vegas para apostar son los mismos políticos que mantienen la prohibición al juego en México. Están deseosos de jugar y dejar su dinero en otro país, pero no quieren que en el suyo surja la actividad económica que el juego ha permitido en una ciudad como Las Vegas.
Una vez más queda claro que México es pobre porque tenemos una clase política que no quiere hacer la apuesta de permitir una mayor inversión y una mayor actividad económica en nuestra propia casa.
AUTOPISTA DEL SOL
El viernes 22 de marzo, inicio de las vacaciones de Semana Santa, el gobierno de Guerrero emitió un comunicado diciendo: "Se impedirá el bloqueo de autopistas: Aguirre Rivero". Ese mismo día un grupo de maestros bloqueó la Autopista del Sol durante nueve horas. Los maestros protestaban porque el gobierno se negaba a pagarles los días que no han trabajado por protestas. Para la noche el gobernador Ángel Aguirre ya había cedido a sus demandas.
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