En el marco de la penúltima fecha del campeonato mexicano, se enfrentaron dos de los peores equipos como son Guadalajara y Pumas, resultando ganador el menos malo: El "chiverío".
Lo que tienen en común este par de conjuntos es la grandeza. Chivas posee una tradición sin par al ser el único equipo carente de extranjeros y aun así ha logrado un sinnúmero de campeonatos, ser base en varias ocasiones de la Selección Nacional y exportar jugadores de muy buen nivel al Viejo Continente.
Pumas, por su parte, es el equipo consentido porque a casi nadie le cae mal. Sus seguidores se cuentan por legiones pero es frecuente encontrar a hinchas de otros clubes que lo tienen como "segundo equipo". (Esto no aplica para los americanistas, además, no los queremos en el paquete).
Incansable formador de jugadores, el cuadro del Pedregal ha nutrido al futbol nacional de figuras emblemáticas, siendo el principal referente el inmortal Hugo Sánchez, ganador nada más de cinco campeonatos de goleo en España. Se dice fácil.
También comparten tener en las altas esferas directivas a personajes siniestros. Los rojiblancos tienen en Jorge Vergara al prototipo del nuevo rico, extravagante y caprichoso, que toma decisiones con la zona hepática antes que con la cabeza. Además, hace mancuerna con su esposa, la que se merece todos mis respetos pero que de futbol no entiende ni jota. Doña Angélica Fuentes, hace apenas unos días, salió en defensa de su consorte aduciendo que la bronca es que no lo comprenden. Estoy seguro que los técnicos a los que ha cesado prematura e injustamente, así como los holandeses que trajo con el proyecto Cruyff y que dejó colgados de la brocha, así como los fanáticos del equipo, piensan lo mismo que la santa señora.
En el feudo puma la cosa no está mejor, con la única diferencia que el que manda no es el dueño sino un presidente puesto por la junta directiva. Jorge Borja se llama este ingeniero de profesión y que si la necedad diera dinero, sería más rico que Bill Gates. Prepotente e ignorante en temas futbolísticos, no le da ni el empate a sus colaboradores y cree tener siempre la razón. Además, integra los consejos de administración de varias empresas muy importantes y eso aunado a su hipocondría, le impide estar al pendiente de las broncas que aquejan a los felinos.
En el estadio de las chivas aparecieron mantas amenazando de muerte a directivos y jugadores. Esto se debe cortar de raíz. No importemos la estupidez. Así empezó en Argentina y del dicho pasaron al hecho. Lo mismo sucedió con los mal llamado grupos de animación que, traídos por el Pachuca, transformaron la realidad de nuestro futbol convirtiéndose en "barras bravas", financiadas por los clubes, que violentan el entorno deportivo y van a la cancha solamente a armar camorra. Es un grito a tiempo.
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