Ha quedado decretada la enésima eliminación de la "Máquina Celeste" del torneo mexicano. Están por cumplirse 16 años de la obtención del último título y hay que remontarse tres décadas para encontrar otro logro parecido. Lo increíble es que con esa pobreza numérica siga contando a sus seguidores por legión.
Cruz Azul es el equipo que más gasta en contrataciones en el futbol mexicano y el que comete mayor cantidad de errores a la hora de elegir refuerzos, sobre todo, foráneos. Esta falta de tino sólo se puede explicar a la luz de las corruptelas y complicidades que la directiva ha generado con los promotores. Parecería que en el feudo de la "Noria" se apuesta al fracaso de, por lo menos, dos elementos cada semestre, para así poder seguir esa política de "shopping" futbolero sin que nadie le pida cuentas a la cúpula celeste.
Se pierden en la desmemoria colectiva decenas de nombres de futbolistas que han pasado por la institución con bastante más pena que gloria. Algunos casos son significativos del caos imperante y que ya dura demasiado tiempo. Ahí les voy:
Hace algunos años trajeron al "Cata" Daniel Alberto Díaz, recio central argentino de apenas 24 años y seleccionado nacional en su país. Le costó mucho trabajo adaptarse al balompié azteca y, cuando lo logró, lo vendieron para traer de vuelta a un troncazo llamado Federico Lussenhoff, ¡de 34 años!.
Segundo caso: El uruguayo Richard Núñez fue firmado con bombo y platillo pero debutó hasta bien entrada la temporada. En su presentación ante Tecos marcó cuatro goles y por ese "delito" no sólo fue relegado a la banca sino vendido para la próxima temporada al Pachuca, donde salió campeón. A la siguiente temporada lo recompraron a precio de oro.
Tercer ejemplo: Cuando anunciaron el interés por el colombiano Teófilo Gutiérrez todo mundo les dijo que se trataba de un pájaro de cuenta. Buen futbolista pero pendenciero, conflictivo y desleal. Pues ahí van de necios y así les fue. No conforme con un rendimiento mediocre, se les fue sin permiso y anunció su fichaje con el River Plate de Argentina antes que los brillantes directivos azules dijeran esta boca es mía.
Esta campaña no fue diferente ya que llenaron el hueco de extranjeros a media temporada para traer a Achille Emana, camerunés, con más años que un terreno ejidal en litigio. Así de increíble.
Cruz Azul se fue por la puerta de atrás, jugando a nada y sin mostrar el mínimo recato que su historia merece, sin embargo, sobre todo si es usted seguidor celeste, no espere cambios: las complicidades al interior del equipo y hasta en la Cooperativa seguirán permitiendo el abuso y la sangría económica en detrimento de la fiel afición.
No cabe duda que a la hora de gastar, los dirigentes hacen válido aquello de que "el que quiera azul celeste, que le cueste".
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