La mejor manera de reconocer que uno se equivocó en este negocio es hacerlo público. Después de la derrota en casa contra el Pachuca, jugando mal y llegando mucho, Santos Laguna y su técnico portugués enfrentaban los dos partidos en el papel y en la realidad más difíciles del torneo, visitar a los Tigres número uno y recibir al América número dos, el panorama para un servidor negro, pero negro como piano de cola.
De una manera pesimista en grado sumo, ya visualizaba la presión que tendría que soportar Pedro Caixinha con tres derrotas seguidas, la manera en que los de siempre se solazarían diseccionando al lusitano y uno que otro de sus futbolistas. Dentro de mi momento de amargo pesimismo me sentía mal por Pedro, que a unas horas de su partido en el mismísimo Volcán, Beto Ruiz, Alex Rodríguez y su servilleta platicamos largamente con él, nos dejó una muy buena impresión, independientemente de su buen manejo del rollo futbolístico, la diferencia en el tono de Caixinha es de ganas de dialogar y no de "enseñar" o "educar" al oyente. Romano, Cocca, La Volpe entre otros siempre utilizan ese tonito que irradia una especie de molestia, de "porque estoy perdiendo el tiempo tratando de explicarle mis conceptos de futbol a este periodista ignorante"
Caixinha no se incomoda, esta ávido de compartir sus conocimientos con el que lo desee, es afable y sencillo. Obvio eso no significa que sea una garantía para el éxito, de nada sirve tener esas cualidades si no obtienes puntos en cada partido.
Pero volvamos al punto de mi vergonzosa incredulidad hacia los Guerreros, previo a los partidos de las jornadas siete y ocho. Estuve en Monterrey, llegue al minuto cuatro a sentarme en mi butaca y me percaté hasta el minuto 15 que Santos ganaba 0-1, no podía voltear a la pantalla con el marcador porque Tigres abrumaba a los laguneros, después pude disfrutar esa obra maestra digna del científico Darwin. Los Guerreros soportaron hasta el resbalón de Baloy, pero salieron ilesos de la sofocante cancha del Uni.
Este viernes en un hermoso y pletórico Estadio Corona, vencieron por fin en el bello escenario a la Águilas 1-0, recordar que fue precisamente el América quien inauguró oficialmente el TSM. Otra vez un destello luminoso de Darwin, reaparición del inmenso Oribe Peralta, una vez más a quitarse el sombrero y varias prendas más con los "tamaños" de este crack. Pero la estrella de este torneo es la defensa santista, la mejor del torneo, las Águilas tenían una racha de ocho partidos anotando al menos un gol (tomando en cuenta el de vuelta de semis del torneo pasado) de manera heroica en los minutos finales defendieron como Leónidas y sus 300 el paso de las Termópilas, Guty se une a Osmar como los candidatos a la mejor jugada defensiva del año de los Guerreros.
Entonces Rafael, guárdate tu pesimismo y empieza a confiar más en esta nave lagunera piloteada por un navegante portugués, que para eso de la navegada se pintan solos.
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