El primer round de una pelea a tres asaltos ha sido para los Guerreros; al ganar este primer encuentro contra los Rayados, Santos Laguna asegura su liguilla 24 afianzando aún más su condición de protagonista indiscutible de nuestro balompié. No es poca cosa ligar nueve sin derrota coleccionando seis triunfos y tres empates, con el 1-0 al Monterrey la defensa lagunera colgó su sexto cero del torneo y promedia 0.67 goles recibidos por partido. Ahora la pregunta es obligada ¿cambiabas este triunfo amigo santista por el boleto a Marruecos? Es decir, ganarle a los regios siempre será reconfortante para el Territorio Guerrero y nunca sobra abatir a los odiados rivales neoleoneses, pero el objetivo principal es el codiciado boleto al Mundial de Clubes, si se llega a obtener por fin, Alejandro Irarragorri lo acariciará y le dirá "my precious, my precious".
Faltan dos tórridos partidos, el próximo miércoles Santos Laguna deberá de ganar el juego, no importa el marcador, el equipo de Caixinha nos ha mostrado que es complicadísimo vencerlos, Pedro ha sabido amalgamar un equipo que permite ocasiones de gol al rival pero no goles, es jugar al borde del abismo, es cierto, pero hasta el momento le ha resultado, cuando la defensa es superada aparece el magnífico Oswaldo Sánchez. Los Rayados experimentan un raro fenómeno, son en la Liga el peor visitante y a la vez el mejor local. No hay que ser muy estudioso para entender que un triunfo y un empate son factibles para los Guerreros por como se han presentado los comportamientos de ambos equipos.
El asunto principal es regresar la humillación de ver cómo se condecora a tu repudiado rival nada más y nada menos que en el centro mismo de tu casa, sucedió el 25 de abril del 2012 en el Corona. Fernando Schwartz, el maestro de ceremonias, ajeno a la realidad existente fuera del DF como el 99 por ciento de los periodistas "nacionales" gritaba y agregaba algún apodo a los nombres de los Rayados cada vez que subían al pódium y les colocaban su medalla de campeones, la taladrante voz de Fernandito apuñalaba el corazón de los laguneros que vacíos desde que cayó el gol de Cardozo al 82 ya no tenían energías suficientes como para empañar la entronización regia.
Nada más bello para el Territorio Guerrero que ser testigos de cómo sus héroes sean honrados con las medallas de campeones en el centro del vetusto y agonizante escenario del estadio de futbol del Tecnológico de Monterrey.
Un elemento clave para conseguir el ansiado objetivo será sin duda la presencia del amo del desequilibrio, Carlos Darwin Quintero. Si el desquiciante colombiano está en la cancha las posibilidades del título del área serán mucho mayores. Obvio, también está la posibilidad, por nadie ni siquiera imaginada en nuestra región, de fracasar por cuarta ocasión en la competencia y permitir a los Rayados el tricampeonato. ¡Ni Dios lo quiera! Pero así es esto, sólo nos resta decirles, aficionados, ¡abróchense los cinturones!, que será como dicen los hijos de Obama: "¡One hell of a ride!".
rrosell50@hotmail.com