Antes, cuando la Selección Nacional de futbol caía en sus acostumbradas crisis, el periodismo local y nacional era en ocasiones insultantemente consentidor de las falencias de nuestros futbolistas y de los colosales errores de criterio de los técnicos nacionales, en los setenta, ochenta y noventa había cobertura de dos medios, Televisa e Imevisión, por un lado la justificación y por el otro el ataque crónico. Obvio, cuando el Tri más o menos marchaba, los de Chapultepec se llevaban carro completo en los ratings y cuando venían ya no las simples derrotas sino los ridículos más escandalosos, entonces los del Ajusco tenían su chance y no dejaban títere con cabeza. Y así nos la pasábamos, de un lado a otro dependiendo del humor, "a ver que dice José Ramón", "a ver con qué nos sale Juanito Dosal", sólo dos opciones, sin tonos entre el blanco y el negro.
Ahora vivimos tiempos diferentes, los que podemos darnos ese pequeño lujo de tener servicio de televisión de paga ya sea por cable o antena satelital, tenemos acceso a varias opciones y ahora si el viaje es muy divertido, en la actualidad se escuchan puntos de vista desde sensatos, imparciales, hasta llegar a lo francamente delirante, pero al fin de cuentas uno puede elegir y si se tiene el tiempo de ver todos los programas especializados en futbol al final de la jornada uno se puede formar una idea propia tomando lo mejor de cada exponente.
Pero el auténtico "que no le digan que no le cuenten" es ahora la llegada incontrolable de las llamadas redes sociales, por fin, el público tiene voz e imagen para demostrar que ya no pueden ser influidos y domesticados. Poderosa e influyente es ahora la participación de la opinión pública en cuestiones de política, arte, deportes, etcétera. Ha sido tan impactante y determinante la oleada de comentarios sobre cualquier tema que algunos personajes del medio artístico y político se quejan amargamente cuando son prácticamente encuerados por la raza que atenta, no perdona desbarres de nuestros personajes de la vida nacional.
Si los seleccionados andan de picos pardos son denunciados, si alguna vedette de quinta se le ocurre algún luminoso pensamiento y como siempre la riega feo es atosigada por la banda tuitera. La Selección no es la excepción, antes se vivía en una falta de cobertura que se convertía en cómplice, antes sólo en la cancha se exponía el Tri, ahora hay que andarse con cuidado, si representas a lo mejor de nuestro futbol y eres figura admirada por nuestra niñez, pues más te vale que te comportes como un modelo a seguir, es parte de convertirse en una celebridad no sólo de la fama y el dinero, pero si caen en la tentación de algún exabrupto en sus declaraciones o de plano caer en manos de Eros en sitios públicos, ahí están "los reporteros del pueblo" prestos a denunciar la hipocresía en la que viven muchos de nuestros famosos. Estamos de acuerdo, sigan así tuiteros y puntos circunvecinos, cuando abusas del poder o de tu imagen nadie tiene fuero. Polacos, futbolistas y tribus semejantes, sólo les queda hacer lo que la mayoría de los mexicanos hacemos, pagar nuestros impuestos, trabajar y portarnos bien (que nadie se muerda la lengua).
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