Si el Querétaro logra eliminar al Santos Laguna hoy domingo sería sin duda un capítulo negro y penoso en la historia del club lagunero. Comparable quizás a la inexplicable pésima actuación de nuestra Selección Nacional en el hexagonal de Concacaf. Es decir, es inimaginable la derrota santista. En la semana los Gallos Blancos han hecho un ejercicio automotivacional, hablar sin ningún tipo de recato de la facilidad con la que podrán marcarle dos goles o más a los Guerreros, la verdad no los culpo, la defensa lagunera no es precisamente un modelo de efectividad para impedir opciones de gol del rival. Incluso cuando en el Clausura 2013 terminaron junto con el Atlas como las dos mejores defensas del campeonato, la realidad es que si veías un juego de los Guerreros donde éste se llevara a cabo, local o visita, y al transcurrir de digamos 45 minutos y alguien te dijera que estás viendo a la mejor defensa del torneo, simplemente no le creerías. A Santos Laguna le llegan con relativa facilidad pero sus defensas han aprendido a vivir al límite, llegan barridos justo a tiempo para desviar el centro o el disparo a gol y si no atrás está Oswaldo al cual las vicisitudes de ser el guardián de una defensa tan dada a las emociones fuertes no le han dado tiempo de percatarse que ya tiene 40 años.
Pero, amigos de Querétaro, una cosa lleva a otra, ¿por qué a la defensa santista le ganan la espalda o los toman al dos contra uno? La respuesta es sencilla, si tus elementos se la pasan en el territorio enemigo urdiendo la forma de anotar una y otra vez, obvio dejas espacios y el mano a mano se da con demasiada frecuencia. Entonces tienen razón los Gallos, claro que se le puede marcar dos goles al Santos Laguna, el problema es que ellos, que te hicieron tres en tu casa, y te pueden fabricar cuatro en tu visita al TSM sin que en ello estribe una gran dificultad.
Si existen dudas en la zaga santista, allá adelante no las hay, si le das un metro a Oribe te vacuna, si tratas de encarcelar a Darwin te sale con un truco que el mismísimo Houdini le envidiaría. Son la pareja más entretenida, la pareja ideal, dirían el Buki y Marisela. Es tan divertido observar a estos dos como una película de Owen Wilson y Vince Vaughn. Nadie en el resto de la República los tiene, aprovéchalos amigo lagunero, desde la mítica pareja de Jared/Pony no había existido una combinación más letal y vistosa en el equipo verde y blanco con rayas horizontales (ahora hay que ser más precisos por aquello del León) tienes ese privilegio inigualable, acompáñalos en sus aventuras en vivo a lo largo de la liguilla en la búsqueda de la quinta estrella, te vas a divertir quizás no tanto como ellos pero no te arrepentirás, compra tu boleto a la diversión y tendrás privilegios para los capítulos dos y tres en esa sala de diversiones en que se ha convertido el TSM.
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