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La (des)coordinación de las autoridades frente al crimen

Periférico

LUIS GUILLERMO HERNáNDEZ ARANDA

Existen muchas definiciones sobre las zonas metropolitanas. Una de estas tomada del sitio de la Cámara de Diputados afirma que es "el proceso de crecimiento social y económico de una zona o área metropolitana, que garantiza la funcionalidad, ordenamiento y gobernabilidad territorial de una determinada ciudad central y de las unidades político-administrativas contiguas y completas a ésta, para el mejoramiento de la calidad de vida de la población, la preservación del ambiente, así como la conservación y reproducción de los recursos naturales".

Otra definición, tal vez la más común, afirma que la zona metropolitana es "la extensión territorial que incluye a la unidad político-administrativa que contiene la ciudad central, y las unidades político-administrativas contiguas a ésta que tienen características urbanas, tales como sitios de trabajo o lugares de residencia de trabajadores dedicados a actividades no agrícolas y que mantienen una interrelación socioeconómica directa, constante e intensa con la ciudad central, y viceversa" (Unikel, 1978).

En el discurso La Laguna es una zona metropolitana, en los hechos estamos divididos. Los ejemplos de la ausencia de una visión metropolitana sobran: en Torreón se colocan filtros contra el arsénico en las norias, en Gómez Palacio y Lerdo se hace en los domicilios.

En Coahuila se proyectan obras como el metroparque en el lecho seco de río Nazas, mientras que las autoridades de Durango dicen desconocer el proyecto. Pero sin duda es en el tema de la inseguridad donde la falta de coordinación ha generado mayor preocupación en los habitantes.

La ausencia de un verdadero plan regional para combatir el crimen ha traído como consecuencia que los resultados del Operativo Laguna Segura en los últimos años hayan sido muy pobres. De nada sirve que en Coahuila se busque atacar el problema si en Durango promueven pertenecer a la Segunda Región Militar con sede en Mazatlán. Es decir, la petición del gobernador Jorge Herrera pareciera tener como objetivo que desde la playa le diseñen la estrategia a seguir en Gómez Palacio y Ciudad Lerdo.

Esta falta de coordinación se da a pesar de que todos los alcaldes de La Laguna son del PRI, así como los gobernadores de Coahuila y Durango. En el tema de seguridad esta división hace olas y mientras las autoridades trabajan de manera individual, los criminales actúan sin que nadie los moleste.

En diversos estudios académicos se afirma que "Las zonas metropolitanas son los elementos de mayor jerarquía del sistema urbano de México, en ellas se genera 75 por ciento del producto interno bruto del país y tienen el potencial de incidir favorablemente en el desarrollo económico y social de sus respectivas regiones. Sin embargo, su aprovechamiento como elementos estructuradores del territorio requiere de la participación de los diferentes sectores y órdenes de gobierno en instancias de coordinación que propicien la toma de decisiones concertadas sobre una base común". La teoría no aplica a la práctica local, donde insisto, a pesar de que los alcaldes y gobernadores son emanado del PRI, no hay una visión regional para atender los problemas ambientales, atraer inversiones y sobre todo bajar los índices delictivos y volver la paz a la región.

Una y otra vez se habla de coordinación. Los gobernadores de Coahuila, Rubén Moreira y de Durango, Jorge Herrera, muy respetuosos afirman que hay comunicación. Sin embargo, semanas atrás los alcaldes de Torreón y Gómez Palacio le reconocieron al periodista español Luis Pardos del periódico El País que en esta lucha se encuentran solos. En entrevistas por separado con el corresponsal de El País, Eduardo Olmos y Rocío Rebollo aceptaron que falta coordinación entre autoridades federales, estatales y municipales.

Por ejemplo, Rocío Rebollo admitió que la última vez que se reunió con los alcaldes de Torreón y Lerdo para abordar temas de seguridad "fue hace más de un año". Mientras que Olmos describió la situación como una "Torre de Babel":

"Tenemos dos gobiernos estatales, dos regiones militares, dos destacamentos de la Policía Federal. Los únicos que parecen tener un concepto de región son los cárteles".

Ambos alcaldes dieron sus testimonios para el reportaje "Código rojo en el norte de México".

En una sola semana los gobiernos de ambas entidades fueron exhibidos en el plano nacional e internacional. Preocupados por su imagen Rubén Moreira habla de una campaña de linchamiento y desprestigio a La Laguna, aunado a esto tratar de diseñar una estrategia, se compromete con el Operativo Laguna Segura mientras que en contraste Jorge Herrera, fiel a su costumbre, apuesta por el silencio, como si los problemas se fueran a solucionar ignorándolos.

La descoordinación es tal que la semana pasada las autoridades de Durango con una declaración "acabaron" con el Operativo Laguna Segura cuando la fiscal general Sonia Yadira de la Garza dijo que dicho operativo ya había terminado, lo que fue desmentido por las autoridades de Coahuila.

Si en algo tan simple como el nombre de un operativo o la conclusión del mismo no se ponen de acuerdo, ¿qué podemos esperar los ciudadanos?

Es urgente que las autoridades atiendan el problema de la inseguridad desde una visión metropolitana. Sobre todo se requiere un mayor compromiso de los gobiernos estatales, particularmente de Durango, ya que parece que a Jorge Herrera ya se le olvidó que ganó la elección gracias a los votos de Gómez Palacio y Lerdo.

lharanda@elsiglodetorreon.com.mx

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