La dieta del Yin y Yang
Cuando nos referimos a una dieta regularmente asociamos el término a un régimen para perder peso, pero tratándose de la dieta macrobiótica, ésta constituye todo un sistema o filosofía que pretende alcanzar el equilibro cuerpo-mente.
Macrobiótica es una palabra que proviene de la conjunción de dos términos, “macro” que significa grande o largo y “bios” que se traduce en vida. Fue creada desde el pasado siglo por un filósofo oriental y encuentra sus raíces en la filosofía Zen-Budista.
El sistema macrobiótico pretende alcanzar el equilibrio entre el cuerpo y la mente, a través de la combinación de ciertos alimentos, aunque en nuestro país los nutriólogos la consideran una dieta extremista y poco adaptable a nuestras circunstancias y estilo de vida.
Partiendo de la identificación de los alimentos en dos grandes grupos: Yin (alimentos con agua) y Yang (alimentos secos), este tipo de alimentación privilegia el consumo de cereales, verduras y leguminosas, en proporción de un 60, 30 y 10 por ciento respectivamente como componentes de cada platillo diario.
Quien pretenda seguir una dieta macrobiótica debe alejarse por completo del consumo de carnes rojas y hacerse a la idea de que sólo podrá probar pescado una vez cada diez días como máximo; se prohíben los lácteos, el huevo, la sal, azúcares y frutas cultivadas mediante el uso de productos químicos. Tampoco deben tomar café y la ingesta de agua es muy restringida.
Existen casos de personas que han seguido este estricto régimen y aseguran haber sido curados de enfermedades como el cáncer. Sin embargo, los expertos señalan que su éxito radica en una combinación casi perfecta de los pocos grupos alimenticios que se consumen pues de lo contrario, se puede caer en riesgo de sufrir algún trastorno o enfermedad.
La primera desventaja que los nutricionistas ven a este tipo de dietas es que expone a la posibilidad de sufrir deshidratación, pues como el beber líquidos es una práctica muy limitada, el cuerpo se descompensa con demasiada facilidad, lo que incluso puede llegar a derivar en una deficiencia renal.
Otro de los problemas que puede surgir a partir de esta dieta es la hipocalcemia, es decir, niveles bajos de calcio debido a la eliminación de los lácteos de la alimentación diaria. Por la deficiencia de vitamina C pueden presentarse también casos de escorbuto y anemia ferropénica como una consecuencia directa de la falta de hierro.
La dieta macrobiótica no debe ser aplicada en niños bajo ninguna circunstancia, y en lo general, cualquier persona que desee seguirla fielmente debe recurrir antes al asesoramiento de expertos en nutrición y dietética.
En nuestro país, se considera un régimen de difícil aplicación dado que los alimentos cultivados bajo métodos cien por ciento naturales, sin químicos de por medio, son de alto costo y por lo mismo, de poca existencia en los anaqueles de los supermercados.
Los nutriólogos consideran que una dieta equilibrada y variada, que incluya todos los grupos de alimentos, asociada a una práctica regular de actividad física, son la mejor alternativa para mantener la salud.
Fuente: Tomás Rodríguez Pedroza, Licenciado en Nutrición.