Destrucción. Un taxi pasa frente a un edificio que se derrumbó por el terremoto de 1985.
El terremoto de 1985 cambió la forma en que se construyen los edificios. El Reglamento de Construcciones del DF establece controles y restricciones para disminuir los riesgos.
"Los sismos rigen el diseño de un edificio", afirmó Renato Berrón, titular del Instituto de Seguridad para las Construcciones del Distrito Federal, que surgió hace un par de años y está en proceso de consolidación para concretar su tarea: revisar los proyectos estructurales de las nuevas edificaciones en la capital del país.
El excoordinador técnico de la Secretaría de Obras dijo que los sismos de 1985 dejaron una serie de enseñanzas para los ingenieros encargados de construir edificios.
Algunos de los cambios se suscitaron en la forma de cimentar en determinadas zonas por el riesgo sísmico y el tipo de suelo son: reforzar los pilotes de control para evitar el colapso de un edificio, desligar los muros de la estructura principal, es decir, que exista una división entre las paredes.
"Puedes construir, con cualquier sistema estructural, muros de carga o metálicos o concreto o madera, siempre que respetes el Reglamento de Construcciones", dijo. No obstante, puntualizó que, por ejemplo, en el Centro Histórico las columnas deben ser más robustas que en las Lomas de Chapultepec donde el suelo es más firme.
Comentó que una de las lecciones del temblor de 1985 y que quedó plasmada, no sólo en el Reglamento de Construcciones sino en seis de las nueve normas complementarias de construcción, son una serie de restricciones como la resistencia de las obras. "No podemos hacer edificaciones tan caprichosas. Los edificios son simétricos y regulares (porque) entre más garigoleado, más incertidumbre (en el comportamiento)", advirtió.
SURGE LA PROTECCIÓN CIVIL El sismo también colocó en la mente de los ciudadanos y las autoridades un concepto: la protección civil, cuya aplicación en la vida diaria e institucional de la capital se ha incrustado y transformado.
Pero, a 28 años de la tragedia, todavía tiene pendientes.
Los simulacros, las zonas seguras en lugares públicos, el sonido de la alerta sísmica y hasta el fortalecimiento de las instituciones como la Secretaría de Protección Civil del DF -una de las dos que hay en el país- es lo que nos dejaron los sismos que cimbraron la ciudad.
"Antes de los sismos de 1985, la palabra protección civil no existía", explicó Fausto Lugo García, titular de la Secretaría de Protección Civil capitalina creada hace siete años, es decir, 17 años después del movimiento telúrico que provocó el desplome de hasta 5 mil edificios.
El gobierno de la Ciudad de México cuenta con una Ley del Sistema de Protección Civil que articula las tareas y actividades de cada una de las dependencias gubernamentales así como las responsabilidades y actuación de la ciudadanía. Además de los programas internos de protección civil para los edificios públicos como son los centros de espectáculos, antros, restaurantes y cines.
Para Fausto Lugo, titular de la dependencia, se ha avanzado significativamente en el fortalecimiento jurídico y normativo como es la creación de la secretaría y las leyes en la materia. Sin embargo, reconoció que la cultura entre la ciudadanía no ha caminado, a la par, de la actuación de las autoridades.
"El reto es que los ciudadanos sepan qué hacer. Ya están familiarizados con la alerta, los simulacros, pero falta ese paso, que tengan un plan de protección civil", expuso.
Las nuevas tecnologías también se han incorporado a la vida diaria con aplicaciones de protección civil para teléfonos inteligentes que replican la alerta sísmica o el uso de las cámaras de videovigilancia de la ciudad para la atención oportuna de alguna emergencia.
PREVÉN DESALOJAR 10 MIL EDIFICIOS POR SIMULACRO El secretario de Protección Civil del Distrito Federal, Fausto Lugo, informó que serán alrededor de 10 mil inmuebles los que participen en el megasimulacro previsto para este hoy 19 de septiembre.
El funcionario capitalino detalló que había registrados poco más de dos mil edificios particulares, cifra a la que se sumarán alrededor de tres mil escuelas, así como inmuebles de los gobiernos federal y local.
Fausto Lugo, titular de la dependencia, destacó que aunque no se pueden pronosticar sismos de igual o mayor intensidad a los que se registraron en septiembre de 1985, afirmó que sí se puede preparar a la personas para reaccionar con seguridad ante alguna contingencia en la ciudad. "Lo que a la Secretaría de Protección Civil le interesa es que, quienes habitan en zonas de riesgo, estén bien preparados. Antes se hablaba de simulacros, inclusive en situaciones donde no necesariamente representaban riesgos; hoy nos vamos a focalizar a evaluar, en situaciones de riesgo, qué está haciendo la población, cómo reacciona, eso es lo más importante", dijo el funcionario.
PREPARACIÓN CONTINUA El secretario reiteró que es necesario mantener una preparación continua sobre qué hacer y cómo reaccionar ante un sismo.
La Secretaría de Protección Civil se enfocará en evaluar las reacciones de las personas al momento de participar en un simulacro y en encontrar los errores al desalojar un inmueble.