Michel Platini, presidente de la UEFA, ha sido de los primeros en implementar extra ayuda a la hora de los partidos. Implementando dos árbitros al filo del área, aunque éstos siguen cometiendo errores y se les siguen escapando jugadas importantes que han cambiado el rumbo de los partidos. Siguen siendo humanos que cometen, han cometido y cometerán errores, porque como dijeran: es parte del juego.
El debate sobre la incursión del uso de la tecnología en el deporte más popular, el futbol, ha causado polémica y un incesante arrebato de acusaciones y comparaciones sobre cómo podría romper con el ritmo del partido y demostrar que otro cometió un error y debe ser castigo.
Esta semana que está por acontecer el evento que paraliza por 3 horas o más a nuestros vecinos del Norte, el Super Bowl, ese evento que a la televisión mexicana, desde hace unos ocho o nueve años para la fecha ha sido gratificante para los ratings y para los que nos hemos hecho aficionados a este emocionante deporte.
Los aficionados al emparrillado y que semana a semana vemos los partidos, tenemos la oportunidad de ver un deporte el cual se apoya de la tecnología. Un deporte que da la oportunidad de retar la decisión del árbitro abiertamente y decirle que se equivocó sin tener el miedo de que llegue a ser suspendido o a una multa. El pañuelo amarillo para los oficiales son lanzados para mostrar una violación al reglamento. El pañuelo rojo se les entrega a los "coaches" (a los entrenadores) para que tenga la oportunidad de retar la decisión que les parezca injusta y lo puede hacer dos veces por partido una por cada mitad. Entonces con la ayuda de la tecnología los árbitros van a la cámara para poder revisar, todas las tomas diferentes que la televisión ofrece y poder ejercer un mejor juicio a su decisión. Si la decisión se mantiene el equipo que retó la jugada pierde un tiempo fuera.
Lo emoción nunca ha sido cuestionado en el futbol americano, ya que si se acepta el que al ser 11 jugadores por equipo se necesitan cinco árbitros para determinar la validez de una jugada, aunado a los entrenadores que son tres y los visores de los equipos que tienen la repetición de la televisión, construyen el análisis.
Pero no es una cuestión de saber si una jugada debe de cambiar el criterio o de ridiculizar por el error o de hacerlo público y como cuestión de burla para demostrar, se trata de hacerlo justo, de demostrar que los futbolistas han evolucionado para jugar más rápido y el campo se moja para que el balón resbale más y los futbolistas corran más, sí, también los árbitros han cambiado su forma, ahora tienen mayor resistencia física pero incluso así los jugadores rápidos y habilidosos y la velocidad con la que juegan algunos clubes representa un esfuerzo grande para los silbantes.
Nunca se ha tratado de cambiar el marcador o romper la cadencia del juego, sino por lo contrario, demostrar y aceptar que se cometen errores. No impactar directamente al marcador para no parar la continuidad por cuestiones de tiempos y venta de la televisión, sino para poder revisar las jugadas para aplicar un reglamento a esas patadas o golpes que irrumpen la integridad física de los jugadores.
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