La Fábrica de sueños, talento y sonrisas
El cuerpo como herramienta estética no tiene límites, como objeto de narración no conoce fronteras, y desde esas posibilidades, el arte del circo ha venido atrapando la mirada de niños, jóvenes y adultos, que ven entre las maromas, no sólo un grado de destreza de admirar, sino una excusa para aplaudir a quienes cuentan historias desde esta manifestación.
Con el mismo valor requerido para subir a un trapecio, enrollarse en telas a más de seis metros de altura y jugar a suspenderse en el aire, Érika, fundadora de este espacio, decidió invertir tiempo, recursos y creatividad, en la apertura de un lugar dedicado a lo más contemporáneo de las artes de circo: "La Fábrica", un espacio plural para el arte y la cultura.
La Fábrica, Danza Aérea abre sus puertas a los laguneros frente a la Alameda Zaragoza, un laboratorio de movimiento que se encuentra ubicado sobre la calle González Ortega número 54. Y más allá del formalismo que inspiran los espacios dedicados a la cultura, para ingresar a La Fábrica, se requiere la disposición para entender la vida entre el color, el movimiento y la concentración que requiere las artes del circo.
Desde que fue inaugurada, en mayo del 2012, la fábrica se ha mantenido abierta con una oferta permanente de más de una docena de talleres, entre los que sobresalen danza aérea, elongación, mástil, trapecio, cuerdas, aro y telas. Dirigidos al público en general con o sin experiencia y con facilidades para que grupos mayor a tres personas, estudiantes o trabajadores puedan incluso escoger su horario y personalizar su rutina.
“Lo que siempre buscamos es que las personas que se encuentren acá, además de ejercitarse, entender la vida desde el movimiento y divertirse con las rutinas y ejercicios, pasen un momento agradable, entre amigos, por eso contamos con diferentes niveles de aprendizaje, porque cada persona tiene un ritmo diferente”, señala Érika.
La Fabrica surge y se ha mantenido como un laboratorio del movimiento y el circo, que de manera independiente y por iniciativa de varios artistas urbanos, quienes además de tener el gusto por el arte y el circo, concibieron un lugar donde convivir, practicar y ofrecer formación profesional, creadores que además día a día hacen de esta manifestación su oficio.
"Los talleres son impartidos por verdaderos artistas urbanos que viven de este oficio, además los costos son muy bajos para que el público pueda disfrutar de esta experiencia del movimiento. Muchas personas están viendo el circo también como una rutina de gimnasio, algo padre porque en realidad los talleres sí requieren una condición física que se va dando a medida que entrenas”, dice Érika.
De manera profesional
Uno de los aspectos fundamentales y que además le ha impreso un voto de confianza a estos jóvenes que ofrecen sus talleres, es que La Fábrica cuenta con instalaciones cómodas, seguras, profesionales y equipadas con lo necesario para iniciarse en esta manifestación cultural.
“Desde un principio la idea era contar con un espacio digno, unas instalaciones seguras, y por eso realizamos una inversión que como espacio independiente, buscamos mantener a través de nuestros propios talleres”.
Presumiendo la diversión
De manera permanente en La Fábrica, un grupo de artistas urbanos que hacen de este espacio su casa, como Arnulfo, El Primaveras y la propia Érika, entre otros, ofrecen espectáculos circenses para toda la familia, en los que han logrado reunir hasta más de un centenar de personas. Teniendo incluso invitados como a los integrantes de la Tropa Cachivaches, quienes se presentaron en este foro.
La propuesta de este espacio es que familias enteras obtengan un rato de entretenimiento, desde la danza aérea, el trapecio y los malabares, además de que conozcan el nivel profesional que ha ido adquiriendo el circo urbano en La Laguna, donde jóvenes con mucha disciplina e iniciativas con muchas disposición de unen entorno a un proyecto cultural.
“Con boletos que no superan los 20 pesos por función, una persona puede admirar un espectáculo familiar, profesional y realizado por más de una docena de artistas, en La Fábrica, Danza Aérea, donde siempre damos dulces a los niños, palomitas y lo principal, disfrutamos la respuesta de la gente que ha llenado este espacio en varias ocasiones”.
Una tendencia global
Con un origen netamente circense, la danza aérea es una manifestación que se ha popularizado durante las últimas décadas y en la región en los últimos años. Una fusión entre arte y circo, que se genera a partir de la subida a la tela mediante diversas técnicas, y una vez arriba crear figuras en nudo o caídas, para envolverse o deslizarse.
Por otra parte, el mástil es otra de las tendencias más contemporáneas del circo, sus movimientos danzados se fusionan con el repertorio acrobático que ofrece el mástil, como si éste tuviera una conexión entre el artista y el suelo. Una disciplina que también está dirigida al público en general con o sin experiencia.
En La Fábrica además se imparten clases de aros, pinos, barras, zancos, cuerda y otras propuestas contemporáneas de circo.
Los interesados en ser parte de algún taller, pueden comunicarse al teléfono o ingresar a la página de Facebook /La Fábrica Danza Aérea o a través del correo electrónico lafabricatorreon@gmail.com