Señoras y señores, el árbitro José Alfredo Peñaloza se equivocó, 2 amarillas consecutivas cuando un equipo se había caído por lesiones terminó de matar el Clásico, y el Guadalajara se vino abajo.
Yo no entiendo al técnico de Chivas, Benjamín Galindo, cómo puede poner a Héctor Reynoso sabiendo que no aguanta un partido, no pudo tener al "Chatón" ni a Fabián, que jugaron casi todos los partidos de los Olímpicos sin lesión y aquí se lesionan una y otra vez.
Y para un partido de categoría se requiere un árbitro de categoría, y que lo entienda bien la Comisión de Arbitraje, no hay árbitros en México, son un desastre.
Ahora, la gangrena no es el árbitro, empleado que hace lo que le dicen, el problema son los presidentes de los clubes que se entienden con los promotores del futbol mexicano, quienes a su vez hablan con los directores generales o los directivos en turno que recaudan los dólares para comprar jugadores.
Vea el cáncer del futbol mexicano, Carlos Hurtado ya casi no aparece, el máximo promotor del balompié nacional, pero tiene a Lara, a Rubén Pérez, a Olvera, a Greg Taylor, a De la Vega, a Godoy, todos ellos como representantes de Carlos Hurtado, manejando negociaciones con América, Cruz Azul, Chivas, Jaguares, Morelia, Puebla, San Luis, Santos, ¿les parecen pocos equipos?
El técnico llega, hace su lista, pide jugadores, se lo pasa al directivo en turno, éste se lo pasa al presidente, "necesito tanto, te doy tanto" y ahí viene el enjuague de todo el futbol. ¿Hay otros promotores? Sí, José Manuel Sanz, que es independiente y trabaja poco; Mario Ordiales, que trabaja de esa forma, coloca donde puede; Pedro Massaccesi, que trabaja con el Atlante; y Andrés Fassi, que trabaja como semidueño con León y Pachuca. Pumas a veces los hace con Greg Taylor, cuando requiere un extranjero; Tigres y Monterrey trabajan de directiva a directiva, Querétaro y Xolos, aparentemente, también, igual que el Atlas.
Por eso cuando uno ve a un árbitro hacer una sinvergüenzada como la que hizo el domingo, donde deben mandar al mejor silbante y no mandar a un tipo sin personalidad, sin carrera, sin inteligencia, se da cuenta uno que el Guadalajara en menos de 30 minutos acabó con el Clásico.
Después 2 simples cabezazos de un tipo alto, fuerte, y nada más, se acabó el Clásico y a Chivas le va a costar mucho trabajo clasificar, pero así como se lo he contado, se maneja el futbol mexicano entre presidentes y promotores, ese es el verdadero cáncer del futbol.
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