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'La historia del arte ha ignorado lo hecho en AL'

Arte. Hans-Michael Herzog se integró a la colección.

Arte. Hans-Michael Herzog se integró a la colección.

AGENCIAS

México, df.- Hans-Michael Herzog no cree que pueda hablarse de un arte latinoamericano como tal, tampoco de uno europeo ni de uno mexicano. El curador y director artístico de Daros Latinamérica reconoce que la historia del arte ha ignorado por mucho tiempo lo hecho en los países de la región.

Hace 13 años comenzó a integrarse la colección de arte de América Latina de Daros, con sede en Suiza. Es diversa no sólo por que son mil 160 obras de 115 artistas, sino porque no se ocupa sólo de los creadores contemporáneos; no se trata sólo de nacidos en la región: muchos no viven en estos países y muchos otros son europeos o estadounidenses que trabajan en alguna de estas naciones.

Daros Latinamerica Collection abrirá el 23 de marzo la Casa Daros en Río de Janeiro, Brasil, desde donde se pretende que haya intercambio, conocimiento entre los propios artistas y con el público.

En entrevista desde Zürich, Herzog se refiere a la formación de este acervo, al mercado del arte y a los criterios para integrar la colección, donde hay obras de Julio Le Parc (Argentina), Doris Salcedo (Colombia), Cildo Meireles (Brasil) y de mexicanos como Betsabeé Romero, Carlos Amorales, Melanie Smith, Rafael Lozano-Hemmer, Teresa Margolles y Teresa Serrano.

→ ¿Qué los llevó a crear una colección sobre arte de América Latina?

Es un arte rico, hace 13 años nadie lo conocía fuera del continente y tampoco muy bien en el continente mismo. Había falta de conciencia en Europa y en el resto del mundo; algo existía en Estados Unidos y en España, pero muy poco. Tampoco había conciencia de la calidad del arte en Latinoamérica misma.

→ ¿Es posible hablar de un arte latinoamericano?

No. Tú no hablas tampoco de arte europeo. Es algo tremendamente difícil y muchas veces es inútil discutir este asunto de la latinoamericanidad, pero igualmente llamamos esta colección Latinoamérica para crear la conciencia en el mundo por el hecho de que existía y sigue existiendo algo como "arte de países latinoamericanos". Si se piensa desde Estados Unidos el término "latino" es algo peyorativo. Quisimos hacer una pequeña contribución para cambiar este mundo del arte, de la historia del arte; todo lo que fue producido en los últimos 50 años en Latinoamérica casi no entró en ningún libro de la historia oficial del arte, porque están escritos en Estados Unidos y Europa. Es un desafío tremendo.

No tomo demasiado seriamente el término "latinoamericano". En cualquier producción artística en el mundo, en el pasado, el presente, el futuro, siempre vas a encontrar un elemento local, autóctono, regional, eso es normal, pero más allá de eso no puedo encontrar algo. No veo la exigencia de nombrar un arte, de dar características del arte latinoamericano.

→ Al configurar la colección no sólo se abocaron en el arte contemporáneo como pasa con muchas colecciones actuales que olvidan la producción de los 60, 70, 80...

Para mí eso fue crucial. Fue claro desde el primer momento que necesitábamos un marco más histórico. Mucho de lo que se produjo, por ejemplo, en los primeros años de este siglo, se explica mejor comparándolo con lo que fue producido 20 o 30 años antes. Y sí tenemos los predecesores, grandes artistas de los 60, 70. Ahora tenemos la prueba, hay un boom en el mundo por reexplorar, revisar la producción de los años 60 y 70. Adquirir obras de varios de esos artistas fue crucial como espina dorsal para esta colección. Uno necesita un fundamento, la base.

→ Hay quienes tienen recelo de colecciones que se forman desde Estados Unidos, de Europa, ven una mirada colonizadora. ¿Qué piensa de esto?

He encontrado ese recelo, pero muy raramente. Yo viajaba más que todos los colegas latinoamericanos en Latinoamérica. Creé una red de información, de conexiones, fue excepcional. Mi mirada no es colonizadora ni es una mirada desde afuera, es una mirada muy desde el interior.

→ Ustedes han buscado ir al artista, más que a la galería, ¿qué determina que vayan con el creador de la obra directamente?

Es crucial y básico. Mi primer paso fue hallar al artista mismo, ir no sólo una vez sino hacer varias visitas para crear una relación y entender juntos lo que fue su creación, y su significado para el mundo.

Las galerías para mí son sólo medios, yo llego a las ferias por motivos de comunicación, casi nunca compré una obra de arte en una feria, casi nunca hay novedades en las ferias para mí. Creo que todo se desarrolla desde la obra de arte como base y así hago mi curaduría, no llego con un concepto teórico a buscar ejemplos para ilustrar mi idea; al revés: quiero penetrar en la obra de arte junto al artista y configurar en mi cabeza una posible muestra.

→ ¿Cómo llegas a la colección?

Soy historiador de arte. Empecé como arqueólogo, estudiaba en la Universidad de Bonn. Me fui a Venecia a escribir la tesis, sobre un tema medieval. Enseñé en varias universidades alemanas.

Empecé mi carrera como curador, me gustó muchísimo. En los primeros años 90, hice una exposición en el norte de Alemania de un artista de las islas Canarias, Manolo Millares, y en el Centro Atlántico de Arte Moderno, en Gran Canaria, yo exploré África y Latinoamérica, me encantó. Estudié, hice viajes, a África y Latinoamérica; 10 años después encontré a Ruth Schmidheiny, dueña de la colección Daros, y ella buscaba curador, a mí me cayó súper bien.

→ ¿Cómo será el trabajo de Casa Daros hacia el resto de Latinoamérica?

Quiero que Casa Daros se vuelva un centro de gravitación para el mundo latinoamericano en el mundo latinoamericano, con su programa de exhibiciones y su programa educativo. Que los artistas vengan a Río, que se encuentren con otros artistas, con el público, y que algo nuevo salga de estos encuentros, no queremos controlar nada. Queremos organizar y facilitar estos encuentros para que circule información estética y haya intercambio directo entre la gente, por eso tenemos programas como Meridianos.

→ ¿Qué mexicanos te interesan?

Lo que tenemos en la colección me interesa, pero a veces me interesa mucho más de lo que tenemos. A veces llegamos demasiado tarde y las mejores obras de los artistas no están circulando ya en el mercado. Yo miro a los mexicanos, y algunos no son mexicanos, como Melanie Smith, Santiago Sierra; Guillermo Gómez-Peña nació en el DF y vive en Estados Unidos, si miras a Yishai Jusidman, a Rafael Lozano Hemmer no tienen nada, nada de mexicanos. Teresa Margolles, muchísimo; Betsabeé, también. Teresa Serrano me interesa mucho, no tiene tanta fama, pero veo una producción artística súper buena... No querría caracterizar lo que es arte mexicano. Tampoco creo que se pueda usar hoy ese término.

→ ¿Qué piensas del mercado del arte?

Lo que se vende es un cierto segmento de la producción y no significa que sea el segmento interesante o lo que va a quedar en el futuro. Ya no tenemos como antes estilos... Por eso yo elijo conocer bien al artista para entender y evaluar. No tengo ningún problema con el mercado. Yo hago mis exploraciones, tengo mi camino.

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