"Música sin pausa es ruido,
En educación también"
Nos encontramos ante el inicio del período vacacional en educación y dicha etapa se convierte en un suplicio para la mayoría de los padres y madres de familia, que no saben qué hacer con sus hijos en largos períodos de asueto o bien no pueden o no quieren hacerse cargo, ya sea porque trabajan o porque no tienen tiempo para ellos.
Lo anterior se puede constatar en expresiones tales como: "no sé qué hacer con los niños, apenas empezaron las vacaciones y ya no los aguanto" o "las vacaciones duran una eternidad, deberían darles sólo unas semanas" o en expresiones de las abuelas: "ya empezaron mis cursos de verano, todo el día con mis nietos en casa", sólo por mencionar algunas.
El problema se vuelve crítico cuando comprobamos que en realidad, no sabemos qué hacer con los niños o con los jóvenes y pensamos que sólo la escuela puede hacerse cargo de ellos y cuidarlos; cuando la verdadera responsabilidad de su cuidado y de su primera educación está en casa.
Podemos asegurar incluso, que la verdadera educación del niño comienza antes de su nacimiento e inicia con la propia educación de los padres, quienes debieron prepararse con mucha anticipación, mediante una mejor comprensión del amor como pareja y de la grave responsabilidad que implicaba traer niños al mundo.
"La educación de un niño comienza veinte años antes de su nacimiento, con la educación de los padres" (Napoleón). La experiencia y los estudios científicos han demostrado que los padres graban profundamente en su hijo lo que ellos mismos son; incluso de como utilizan los padres su tiempo libre.
Existe un período durante el cual los padres desempeñan un papel preponderante en lo que serán las tendencias y hábitos morales de su hijo, ciertamente, es tan íntima esta relación orgánica, como grande es la interdependencia en lo físico y en lo moral. De aquí la incongruencia del dilema que enfrentan los papás al negarse al cuidado de sus niños, en estos períodos de descanso. Cabe preguntarse la enorme cantidad de estos padres ya se encuentran en la búsqueda del mejor "curso de verano" para sus chiquillos.
Las mejores condiciones físicas y psicológicas para que el niño se desenvuelva lo más sanamente posible, son las que se derivan del hecho de ser deseado, esperado, cuidado y no sólo soportado.
Los niños deben de aprender a estar solos y a divertirse solos, no necesariamente bajo la custodia de los padres. Si los padres se las ingenian para llenar los minutos del día con actividades intencionadamente programadas, aunque no siempre sean de manera presencial, entonces se acostumbrarán a ser independientes y a estar felices sin papá y mamá.
Por el contrario, sabemos de muchos niños que acaparan a su madre desde los primeros años, sufren a consecuencia de su continua dependencia y del vacío de tiempo que su madre les prodiga, constituyendo para ellos un problema imposible de resolver.
Una de las mayores ayudas que se pueden proporcionar a los niños es reglamentar sus hábitos, lo que les ayudará más adelante a enfrentar trabas, incertidumbres e inhibiciones. El papel de los papás es el de facilitar el desenvolvimiento moral y físico de su hijo, ayudarle a conquistar su verdadera libertad; el orden y la regularidad en sus actividades, incluso en su tiempo libre, son casi tan indispensables como el cariño.
Esta importante función de acompañamiento, que se desarrolla en casa, permite que el jugar, propicie la psicomotricidad; el colorear, identificar objetos, formas y colores, por ejemplo, seguramente contribuirá a su instrucción escolar.
Hay que recordar que el objetivo de la educación es reducir la distancia y las disonancias entre la casa y la escuela; la participación familiar en la educación, incluso cuando no hay clases (particularmente en preescolar y primaria), es la que permite asegurar el éxito académico.
En vacaciones es necesario ponernos las pilas, al menos en los siguientes aspectos: promover la práctica de algún deporte, esto, además de asegurar el desarrollo psicomotriz, termina por agotar sanamente a los niños.
Hay que asegurar los juegos que ayuden al uso de la mente (juegos de mesa, de azar, etc.) y finalmente se sugiere al menos una hora de repaso escolar, en las áreas de mayor interés de los niños, por ejemplo la lectura (libros de cuentos, historietas) la escritura (diario personal, cartas familiares) y las soluciones matemáticas (crucigramas, revistas de entretenimiento, acertijos, ajedrez, etc.). Si planeamos y aseguramos todas estas actividades en vacaciones, éstas nos serán más rápidas y placenteras.
Para finalizar, quiero recomendar respetuosamente a todos los papás que, con su cariñosa guía y su imprescindible acompañamiento, permitan a sus hijos seguir desarrollando sus extraordinarias facultades, para que el día de mañana sean todos mejores seres humanos.
Agradezco sus comentarios a: rolexmix@hotmail.com