Estuvo 25 años frente a nuestros ojos y no hicimos nada. La maestra Elba Esther Gordillo nunca ocultó su poder político, mucho menos su riqueza. Ahí están las fotografías con sus bolsos Louis Vuitton, Prada, cuyo valor rebasa por mucho los 6 mil o 12 mil pesos que puede ganar un maestro por un mes de trabajo. Y es que dichas bolsas tienen un costo de 50 mil pesos.
También están sus dos casas en Estados Unidos, cada una con un valor de más cuatro millones de dólares en el mercado. Su penthouse en Polanco. Si somos estrictos desde hace mucho tiempo sabíamos que la maestra desviaba dinero del SNTE, eso no es noticia, la novedad es que finalmente alguien le puso un límite.
En estos días la maestra es acusada, hasta ahora, del desvío de 2,600 millones de pesos, entre 2009 y 2012. Algunas voces, sobre todo en las redes sociales, afirman que el encarcelamiento de Elba Esther Gordillo es una cortina de humo para privatizar Pemex o cobrar IVA en alimentos y medicinas, el sospechosismo como característica de nuestra idiosincrasia mexicana.
Otras voces más serias afirman que es una acción de Enrique Peña Nieto para ganar legitimidad. Creo que no es así, el presidente no lo necesita. Peña Nieto ganó las elecciones con un amplio margen, no llegó como Carlos Salinas de Gortari con la sombra de "la caída del sistema" ni como Felipe Calderón con apenas el 0.5 puntos de ventaja. Sin embargo, aunque fuera sólo una estrategia de la arena política, ¿quién puede negar que la maestra hizo mal uso de los trabajadores de la educación?
Elba Esther llegó al poder de la mano del PRI, sin embargo sus mayores días de gloria los tuvo, paradójicamente, con los gobiernos panistas, esos que ayer combatían la corrupción y hoy se han convertido en lo que tanto criticaban. De ahí que no sea extraño que tras la detención de la maestra el diputado Guillermo Anaya escribiera en twitter que los panistas exigían un juicio justo sin tintes políticos, defender lo indefendible. Tampoco extraña que Ernesto Cordero, exsecretario de Hacienda, saliera a los medios a decir que en su gestión la dependencia nunca tuvo conocimiento de movimientos irregulares por parte de Gordillo, afirmación desafortunada, afirmación difícil de creer.
En el sexenio de Vicente Fox la maestra tuvo su primera luna de miel. De la mano de Martha Sahagún el SNTE editó la Guía para Padres de Familia, incluso hasta un programa de televisión existió. Fox se unió con la maestra para desaparecer al PRI, en 2006 operó a favor de Calderón y en este sexenio tuvo más poder que nunca. Bajo su cobijo estuvo el ISSSTE, la Lotería Nacional, un grito de ella bastó para quitar a Josefina Vázquez Mota de la Secretaría de la Educación. Vaya, hasta con los panistas obtuvo su propio partido político conocido como Nueva Alianza.
De todo esto fuimos testigos los ciudadanos. Todo pasó frente a nuestros ojos y no hicimos nada para detenerlo.
Ahora la maestra está en la cárcel. Se habla de su condena, de las implicaciones políticas, pero no se habla de la educación. Es cierto, Gordillo se enriqueció del SNTE, pero el mayor daño lo hizo a la educación. La negación a las reformas educativas, a la capacitación de los maestros, quienes eran utilizados con fines electorales, fueron acciones que han tenido un alto costo para el país. No somos un país de lectores, somos incapaces de realizar pruebas matemáticas. Gordillo al frente del SNTE hizo un profundo daño a la educación, nuestra herramienta más preciada para alcanzar el desarrollo.
Es cierto que llama la atención la celeridad para integrar una averiguación. Llama la atención porque en nuestro país la burocracia en la impartición de justicia es uno de nuestros principales males.
"Estamos hablando de que prácticamente en una semana el Ministerio Público reúne todo el expediente para llevarlo ante un juez federal que también con mucha celeridad determina que hay elementos para girar una orden de aprehensión. La verdad es de llamar la atención porque es una celeridad fuera de lo normal", reflexiona el Doctor en Derecho, Hugo Morales.
Otro aspecto que llama la atención por el tipo de delito, es que los afectados, es decir los maestros, son quienes deberían interponer una denuncia para solicitar la investigación.
"En este caso pareciera que se sigue de oficio el involucrar con base al posible desvío de recursos", dice Hugo Morales.
Más allá de la rapidez del proceso, de las intenciones políticas o de lucha contra la impunidad, lo cierto es que el gobierno de Peña Nieto manda un mensaje contundente sobre la fuerza que puede tener el presidente de la república. La cual en los últimos años se había perdido. Porque no sólo Elba Esther vivió sus días de gloria con los gobiernos panistas, también los exgobernadores se convirtieron en virreyes y disponía de recursos públicos sin el mayor pudor. La deuda de Coahuila es prueba de ello. Honestamente no se puede demeritar la acción de Peña Nieto, aún en que la arena política sea cuestionada por actores como Andrés Manuel López Obrador que ayer condenaba a Gordillo y hoy parece defenderla.
Pero más allá de esta historia digna de thriller televisivo lo verdaderamente importante es cuestionarnos como sociedad, ¿qué vamos a hacer con la educación? Con el encarcelamiento de Gordillo no se soluciona el problema medular, es cierto, se quita un obstáculo, ¿pero en serio el Estado va a promover una verdadera reforma educativa que genere la revolución social y de desarrollo que necesita el país? O solamente se maquillará la reforma con un nuevo líder sindical a modo del gobierno de Peña Nieto.
Juan Díaz es el nuevo líder del SNTE, pero dependerá de los ciudadanos que no se repita la historia de Elba Esther Gordillo, porque, insisto, más allá de las complicidades de priistas, panistas, políticos, gobernadores, lo cierto es que la maestra construyó su imperio de riqueza y corrupción frente a nuestros ojos sin que nadie le pusiéramos un alto a sus excesos. Es cierto la maestra es una creación del famoso "sistema". Sistema de corrupción y opacidad que nosotros los ciudadanos hemos tolerado, e incluso, muchas veces hemos alentado.
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