Marcha. Alejandra Natalia Rodríguez fue una de las detenidas. Dijo ser 'periodista'.
Su marcha fue "impecable" sobre Reforma y hasta llegar al Zócalo, pero ese espejismo apenas duró cuatro horas. Los grupos de jóvenes vestidos de negro y embozados -también llamados "anarquistas"- concluyeron su protesta en la Ciudadela.
Hasta ahí fueron perseguidos por granaderos, luego de destrozar los cristales de un camión de la Policía Auxiliar, lanzar una bomba molotov a instalaciones del Metro y Televisa Chapultepec, cuya fachada apedrearon y le lanzaron palos.
A diferencia de hace un año, las protestas por el primer año de gobierno del Presidente no se convirtieron en una reedición de lo ocurrido en 2012, cuando el vandalismo se desbordó y el corazón de la ciudad sufrió daños a manos de los "anarquistas". Ayer domingo no hubo violencia descontrolada. El ambiente era de aparente calma. Los encapuchados vestidos de negro tardaron en encontrar elementos policiacos con quienes enfrentarse.
Desde las diez de la mañana, el grupo se fue nutriendo en las inmediaciones del Ángel de la Independencia. Poco a poco, los jóvenes -algunos con máscaras de "Anonymus"- conformaron un contingente de unas 100 personas con la cabeza y boca cubiertas, que gritaban "¡Muerte al Estado, Viva la Anarquía!".
Las primeras fricciones se dieron en Reforma con maestros de la CNTE porque los encapuchados pretendieron sumarse al contingente, pero los docentes no lo permitieron.
Avanzaron por Reforma, Juárez y 5 de Mayo sin realizar pintas en inmuebles. Elementos de la Policía de Investigación de la Procuraduría capitalina los siguieron con atención, así como decenas de observadores civiles y personal de la Comisión de Derechos Humanos del DF.
Juan José García Ochoa, subsecretario de Gobierno del DF, caminó junto a los manifestantes y ante la ausencia de granaderos dijo que hubo un acuerdo de que no habría violencia. Maestros y embozados llegaron al Zócalo pasado mediodía, en donde Andrés Manuel López Obrador encabezaba un mitin.
Los asistentes los miraban extrañados. Un señor les dijo "este movimiento no necesita ocultar las caras". Decidieron protestar frente a Palacio Nacional. Rompieron una botella de cerveza, insultaron a los guardias presidenciales y comenzaron a correr.
En Televisa lanzaron piedras y palos a la fachada hasta que los granaderos salieron al paso. Los manifestantes les lanzaron piedras y una bomba molotov que no dispersó a los uniformados, por el contrario, los hizo perseguirlos hacia la Ciudadela donde comenzaron a detener a los jóvenes.
Alejandra Natalia fue una de las detenidas. Dijo ser "periodista", pero uno de sus compañeros comentó que era estudiante de la UNAM, mientras los policías la lanzaban con sus escudos a la reja de la Biblioteca México.
A otro joven, policías vestidos de civil lo arrastraron hasta Balderas y entre golpes y empujones fue sometido. Para las tres de la tarde la marea negra del #IDMX ya se había dispersado...
ENCAPUCHADOS NO, LA INSTRUCCIÓN Al mediodía el sonido de las campanas de catedral se mezclan con el de los caracoles y los gritos de miles que han decidido decir "no", luchar y tirar cualquier posibilidad de concretar la reforma energética del Gobierno federal.
Ahí, en un Zócalo casi lleno por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), militantes del PT y del Movimiento Ciudadano, junto con maestros de la CNTE y organizaciones sociales, Andrés Manuel López Obrador se asume como el líder de ésta, que será su lucha.
El excandidato presidencial se compromete a ir al frente, a estar con ellos cuando ejecuten su plan "contra la privatización de la industria petrolera" y cerquen el Senado, la Cámara de Diputados y los congresos locales. Lo vitorean, baten palmas.
Todo comienza temprano. A las 9 de la mañana la policía del Distrito Federal ya ha realizado cortes a la circulación. Contingentes se organizan en Salto del Agua, San Antonio Abad, La Merced, Eje Central y avanzan a la Plaza de la Constitución.
A las 10:15, el Zócalo comienza a llenarse. Hace frío pese a que en el cielo no hay nubes, pero sí bruma. Han colocado un templete frente a Palacio Nacional con una manta que dice: "No al robo de todos los tiempos".
Los organizadores dicen que no es momento de arrancar la asamblea informativa de López Obrador, que aún falta gente. Esperan. Cantan música de protesta. Una hora después comienza.
El Sol quema, pero el aire es frío. La plaza apenas va a la mitad. En los portales del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, en Catedral y en el Monte de Piedad la gente busca el cobijo de la sombra.
En ese momento ingresan al Zócalo contingentes del PT detrás de un camión con altavoces, hay botargas y batucada, tambores y payasos en zancos. Gritan su "no a la entrega del petróleo de los mexicanos a extranjeros".
Cuando Óscar González Yáñez, del PT, y luego Martí Batres, líder de Morena, se dirigen a sus simpatizantes, los maestros de la CNTE, junto con un grupo de los autodenominados "anarquistas" pisan la plaza.
