Quizá deba aclarar primero a qué me refiero cuando cito a la Metalúrgica, porque de ninguna manera pretendo abordar aquí al complejo proceso que significa el término. A mediados del siglo pasado lo que hoy se conoce como Peñoles era popularmente conocido como La Metalúrgica y para quienes radicaban ahí simple y sencillamente era "La Meta".
En qué momento cambió esta percepción, seguramente cuando se tomó la decisión corporativa de ampliar las instalaciones de la compañía hacia los terrenos que eran ocupados por La Colonia Metalúrgica y pequeñas porciones de las colonias circundantes como la Primero de Mayo, la Zacatecas y la Vicente Guerrero.
Algunas veces que he estado o cuando con Ruedas del Desierto hemos pedaleado por aquellos lugares, siempre tengo la impresión de estar en un lugar desconocido. Pero hace unos días, mientras nos dirigíamos a un evento inaugural de la semana de ciencia y tecnología del estado de Coahuila, que se llevaría a cabo en una de las instalaciones de Peñoles, me ocurrió, sin proponérmelo, la sensación de ubicación que yo creía perdida: me sentí de pronto frente a mi alma máter "chiquita", la Escuela Oficial Justo Sierra, donde cursé todos mis estudios de primaria, un recuerdo trajo a otro y las horripilantes bardas grises se esfumaron en mi cabeza, para dar lugar a aquellos parajes semiurbanos o semi-rurales, o a una combinación de ambos, que rodeaban a la escuela. En realidad se trataba de un gran solar en el que además se encontraba el edificio del Sindicato de Mineros de la Sección 74, y más al fondo cerca de los límites con la colonia Primero de Mayo el "rebote", en el que se jugaba una especie de frontones con la mano en lugar de raqueta. Del lado izquierdo, al sur de la escuela, se alzaba el Cerro del Cristo en la Sierra de las Noas, ahora me parece más alto y más empinado, no puedo creer que subiéramos y bajáramos con tanta facilidad.
Las imágenes que tengo de aquella época, son las de un niño o las de un adolecente y por tanto tienden a ver las cosas más bonitas de lo que en realidad eran y tienden a exagerar el espacio. Cuántas veces nos hemos decepcionado por este motivo.
La Colonia Metalúrgica era la más urbanizada de todas las colonias del sur de Torreón, su organización original se parecía más a la de un pueblo industrial europeo de principios de siglo, que contaba con todos los servicios incluyendo el médico.
De manera que había poca necesidad de salir de aquel lugar y cuando era necesario pues se utilizaba el transporte de la colonia. Esto se reflejaba en los barrios vecinos que aprovechaban la escuela, la farmacia, la clínica, la panadería, entre otros.
Aunque habría que enfatizar que el servicio más usado, por aquella población golpeada por una economía errática y de pocas oportunidades, era el recreativo, el que no costaba, aprovechado por todos, en cualquier día después de la jornada de trabajo: la plaza de Metalúrgica podría ser hoy un ejemplo de las tan anheladas áreas verdes en muchas colonias populares y de clase media, era una plaza bien estructurada y además bien equipada con juegos como el subibaja, los columpios, el resbaladero y las palomas, contaba con andadores alrededor de la plaza que se comunicaban al centro y a la periferia por medio de andadores diagonales; había una buena cantidad de bancas de madera y metal bien distribuidas, y desde luego un quiosco. Los jardines consistían en áreas rectangulares empastadas con árboles en las orillas de las mismas, generalmente lilas, pinabetes y palmas.
Desde luego, los mejores días eran los de la Feria de septiembre. Una celebración local, con Grito y todo, de la Independencia de México. Era gratuita, sin gastar un cinco podías disfrutar de eventos como el de los Voladores de Papantla, que venían muy seguido, o escuchar a un cantante de moda, como el Charro Avitia con su Máquina quinientos uno y el Muchacho alegre; Pedro Yerena con su Lámpara sin luz, entre muchos otros. Los juegos mecánicos, la comida tradicional, la lotería, el baile y los vendedores de siempre se encargaban de "tu domingo". Con la Metalúrgica en el centro, todas las demás colonias conformaban un solo grupo social que interactuaba comunitariamente.
Actualmente la Metalúrgica, hoy más conocida como Peñoles, constituye un complejo industrial que se ha expandido hacia todos lados, aunque, es bueno decirlo, ha establecido una gran cantidad de áreas arboladas como parte de sus actividades de remediación, las cuales, según la opinión de los expertos, han logrado disminuir notablemente el impacto ambiental que producía. Una remediación irremediable podría decir Ulrich Beck, en su libro La Sociedad del Riesgo Global, pero no lo dice, de manera que nos quedamos con el reconocimiento a un esfuerzo que está dando frutos y que esperamos continúe por ese camino (o mejor caminos).