SNTE. La exdirigente sindical permanece bajo observación médica.
En la cárcel, Elba Esther Gordillo, la mujer acostumbrada a lujos, no ha pedido beneficios que no tengan relación con su salud.
A excepción de su traslado a un hospital privado para someterse a exámenes, se ha mantenido en un bajo perfil. Ni siquiera ha solicitado permiso para que le sea llevada una televisión, a la cual podría acceder si así lo solicita, según autoridades penitenciarias consultadas.
La exlideresa magisterial no convive con otras internas y permanece en una pequeña habitación de la Torre Médica de Tepepan, no en una celda, donde sólo es vistada por su médico particular, los doctores de la institución y enfermeras.
Incluso ni el personal que reparte los alimentos entre los enfermos puede verla, porque a ella su familia le manda a diario sus tres comidas, a base de carnes blancas, verduras y agua especial, debido a las 10 enfermedades que padece.
Pinta y dibuja
La maestra Elba Esther se mantiene en su habitación, donde lee y dibuja, y gran parte del día está acostada, sin salir a otras áreas. En su estancia sólo tiene una cama individual y un sillón.
"Lee, lee mucho, eso es lo que hace, además de dibujar, por lo que tiene un cuaderno y lápices de colores. Le gusta hacer flores, jarrones".
Sobre cultura romana, son algunos de los libros que le gusta leer a la exdirigente magisterial.
De acuerdo con las fuentes, la atención médica dada a Gordillo es "a través del Programa de Servicios Médicos y Medicamentos Gratuitos, que está dirigido a] los residentes del Distrito Federal que carecen de seguridad social laboral".
Según una respuesta de acceso a la información, la exlideresa sindical ha sido trasladada sólo dos veces al exterior, una a Tepepan, y otra a un hospital privado. El transporte utilizado fue el determinado por la Subsecretaría del Sistema Penitenciario.