ENTRENADOR. Confía en el desempeño de los jóvenes y asegura que La Partida es semillero de talento futbolístico.
Los domingos son de futbol en La Partida, Coahuila. Decenas de jóvenes salen a la cancha de tierra, la misma donde inició Oribe Peralta Morones, delantero del Santos Laguna y seleccionado nacional. Las condiciones son las mismas: No hay agua, no hay bebederos, no hay baños, tampoco grandes gradas. Pese a todo, el pueblo se vuelca para animar a las nuevas promesas.
Aquí hay que perseguir la sombra, buscarla bajo los árboles o pegarse a una de la bardas y doblar las piernas para no quemarse con el Sol. La verdad es que el calor pasa a segundo término cuando caen los goles del equipo de casa.
Tampoco hay asientos numerados, pero las piedras parecen tan cómodas para los aficionados, que algunos ni siquiera parpadean, miran a detalle las jugadas. Ni siquiera los nubarrones de polvo que se le levantan cuando corren los jugadores les impiden seguir el juego.
Cuando los equipos salen a cancha, los refuerzos del equipo contrario esperan bajo los pinabetes, en la sombra comen frituras y mascan chicles durante la espera. En cambio, el equipo local usa las desgastadas gradas. Algunas láminas, de techumbre, están dobladas, por lo que hay que moverse de acuerdo a la posición del Sol, para no sentir directamente los rayos.
Hace una semana inició el torneo y José Ignacio Pérez Amaya, entrenador del equipo está confiado con sus jugadores, 35 años atrás comenzó a entrenar jóvenes y desde entonces busca que no pierdan el entusiasmo.
"Nosotros buscamos que no se nos despeguen los muchachos, para no descuidarlos y que no se alejen del deporte. Los tenemos que tener ubicados, para que sepan dónde están jugando. Sería una lástima que un chamaquito se nos echara a perder".
En La Partida hay tres equipos: La Ranchera, Veteranos y la Mayor de La Laguna. Todos comparten cancha y se turnan los horarios de entrenamiento. José Ignacio Pérez Amaya entrena a los jóvenes de martes a jueves, las edades oscilan entre los 16 a 20 años. Durante el torneo juegan 23 equipos provenientes de distintos puntos de la Comarca y se juegan en distintas canchas.
"El entusiasmo de ellos de jugar en la cancha es ver si viene un visor, que los vea y así buscar un peldaño . Ellos ya tienen un proceso muy amplio y le echan muchas ganas".
Hace meses solicitaron al virtual alcalde de Torreón, apoyo para mejorar las condiciones de la cancha. Específicamente para tapar los pozos y colocar pasto.
"Al campo le metemos una maquinita para limpiar, hablamos con Desarrollo y nos dijeron que iban a empastar el campo, nada más dijeron, pero ya no han venido. Vinieron y le tomaron fotografías al campo".
Además, buscan la ampliación de las gradas. Aún no hay, ni recurso, pero como el futbol es el punto de reunión de las familias de La Partida, buscan que sea un lugar cómodo para todos.
Lo más apremiante para el entrenador, José Ignacio Pérez Amaya, son los baños y los bebederos. Los muchachos tienen ir con los vecinos para acarrear agua y usar los sanitarios.
"Nos están haciendo falta los bebederos y los baños, pues que son muy importantes. Los bebederos están inhabilitados, no hay servicio. Tenemos que andar molestando a los vecinos".
A Oribe Peralta todos lo conocen en el pueblo, el entrenador asegura que algunos fines de semana se sienta en las gradas, como cuando era un niño, echa porras y hasta da consejos a los muchachos. "Él cuando viene a visitarnos no nos deja morir, en algo nos apoya. Lo malo es que Oribe ha tenido mucho trabajo ahorita".
Videojuegos
Hace años Oribe Peralta tocaba la puerta de Heriberto Juárez Martínez para jugar videojuegos, eran un par de niños que disfrutaban del futbol y de Mario Bros. Y aunque Heriberto es 9 años menor, recuerda que Oribe le transmitió su amor por el balón.
"Él me buscaba para jugar maquinitas futbol. Desde niño él me enseñó a jugar futbol. Oribe es mi ídolo, todavía cuando juego digo que soy él. Es que es un gran jugador y el orgullo de La Partida".
A sus 20 años Heriberto se siente con destreza y dominio en la cancha, igual que sus compañeros, asegura que el equipo puede quedar campeón en este nuevo torneo.
"Yo me siento potente para jugar, me gusta mucho jugar. Y todos los jugadores igual que yo están jugando muy bien".
Heriberto dice que La Partida es tierra de futbolistas pues todos sus amigos son buenos en el deporte. Por eso le gustaría que los más pequeños sean seleccionados para ir a la Escuela de Futbol del Santos. "Esperemos que se vayan más chavitos de profesional, en esta comunidad hay mucho deporte. Hay chavos muy buenos". En los torneos pasados, relata, han quedado varias veces campeones y Oribe Peralta asistió a varios encuentros, "cuando quedamos en la final él viene a vernos y también cuando quedamos campeones".
Antes de comenzar cada juego, Heriberto pide agua entre sus vecinos, ellos siempre los han apoyado y lo hacen con cariño, dice.
Escuela y deporte
José Roberto Castañeda Torres dice que ya es viejo para jugar en primera, hace unos meses cumplió 20 años y explica que los jugadores deben ingresar mucho más jóvenes a la escuela de futbol.
"Ya se me pasó la edad, ya no estoy para jugar en primera, pero sí me hubiera gustado".
Pese a ello José Roberto disfruta de combinar la escuela con el deporte. Sobre la cancha "El güero", como le dicen los otros jugadores, es rápido con el balón.
"Necesitamos que aplanen el campo, que quiten las hierbas. Puede haber alguna lesión porque hay partes donde no se ve nada y pues te puedes doblar un tobillo".
Orgulloso de jugar en el mismo campo donde inició el delantero santista, "El güero" dice que la cancha de tierra les recuerda que otro gran goleador de la Selección Mexicana puede salir de cualquier cancha y de cualquier poblado.