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La Salle y Savater

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LUIS F. SALAZAR WOOLFOLK

El día de hoy se presenta Fernando Savater en la Comarca Lagunera a invitación de la Universidad La Salle, institución educativa que otorgará una presea al pensador español, que promueve la ética o filosofía moral, a través de la educación.

La premiación que tendrá lugar a las diecinueve horas, estará precedida por la presencia de Savater en el vestíbulo del Teatro desde una hora antes, en la que convivirá con el público y firmará libros de su autoría a quien lo solicite. Después de la premiación, Savater dictará una conferencia sobre el tema de su más reciente libro: Ética de Urgencia.

La obra que lanzó a Savater al escenario internacional es Ética para Amador, ensayo dedicado a orientar a su hijo adolescente en medio del relativismo y la corrupción imperantes, que ha sido adoptado como libro de texto en varios países y como puente generacional para conectar con una juventud escéptica, descreída y desconfiada, reacia a admitir las sugerencias normativas del mundo adulto, llámese Iglesia o Estado. Para asumir ese enfoque, Savater adopta la incredulidad como método.

En su Ética para Amador, el autor busca llamar la atención del destinatario a partir de cero, para vencer la cerrazón en la que se encuentra aislada una gran parte de la juventud de hoy día, que pese a desconocer su propia identidad se empeña en "ser ella misma", a despecho de su circunstancia, como si fuera posible sustraerse al contexto de la realidad que la rodea, por indeseable que parezca.

Savater le dice a la juventud que el hombre en su indefensión nace a la vida en forma prematura, y a diferencia de los animales que en poco tiempo adquieren las habilidades necesarias para valerse por sí mismos, el hombre termina de formarse en su individualidad irrepetible, en el seno de la comunidad humana, a través del proceso de enseñanza-aprendizaje que le ofrecen la familia, la escuela y otros agentes formales o informales del medio ambiente social.

Los lineamientos éticos que propone Savater son elementales, porque en lo individual parten de las consecuencias que para cada quien, son de esperarse de sus propios actos, y en el plano de lo social, se fundan en el principio según el cual el hombre se debe a sus semejantes. Frente a la tendencia autodestructiva tan en boga en este tiempo, la propuesta de Savater nos hace recordar al Tratado de los Deberes de Marco Tulio Cicerón, que sostiene que la noción del deber en el género humano, es una forma racional y sublimada del instinto de conservación, propia del mundo animal.

La doble dimensión individual y colectiva del ser humano, en el pensamiento de Savater plantea a los sistemas educativos una serie de alternativas entre extremos que parecen contradictorios y se pregunta: "La educación, ¿debe preparar hombres aptos para el mercado o formar hombres completos? ¿Ha de potenciar la autonomía del individuo, a menudo crítica y disidente, o la cohesión social? ¿Debe desarrollar la iniciativa innovadora o mantener la identidad tradicional? ¿Reproducirá el orden existente o instruirá a los rebeldes que pretenden derribarlo? ¿Atenderá a la eficacia práctica o al riesgo creador?¿Mantendrá una escrupulosa neutralidad ante la pluralidad de ideologías y estilos de vida o propondrá modelos de excelencia?..."

Estas mismas preguntas se las han hecho los Hermanos Lasallistas desde su fundación en el siglo diez y siete, a partir de su anclaje en la tradición y en una visión innovadora que les ha permitido contribuir al proceso educativo a nivel mundial, al concebir y aportar entre otras cosas: El salón de clases como lo conocemos, la escuela técnica, la escuela secundaria y la escuela normal para la formación de profesores.

A diferencia de los religiosos lasallistas que han hecho de la educación y de su propia vida, un apostolado tendiente a predicar el evangelio de Cristo a sus semejantes, como pedagogía trascendente a la vida eterna, Savater se presenta como un pensador de lo inmanente, cuyo horizonte intelectual se detiene en el umbral de la Fe. Sin embargo, el libro La vida Eterna, escrito por Savater sobre el tema que indica su título, puede significar de acuerdo al pensamiento de San Agustín, que "el que busca, es porque ya encontró…"

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