El delantero argentino del Barcelona, Lionel Messi, controla el balón. (EFE)
EFE
Barcelona, españa.- La sociedad que ayer formaron Leo Messi y David Villa dio la victoria al Barcelona contra el Rayo Vallecano (3-1), en un partido muy entretenido en el que la mayor pegada de los azulgranas resultó decisiva ante un equipo que, pese al resultado, no le perdió en ningún momento la cara al choque.
No podía haber mejor rival para que el Barça superara la resaca europea que el Rayo. Un equipo valiente, bienintencionado, que juega y deja jugar y al que el conjunto azulgrana ha goleado con asiduidad las últimas dos temporadas.
Además, a los de Paco Jémez le falta un '9', un asesino del área que pueda poner en jaque a toda la defensa contraria. Y esa carencia de gol siempre se acaba pagando, sobre todo ante rivales de tanta entidad.
Sin esa pieza, tan necesaria para plantearse retos más ambiciosos que la salvación, el Rayo ha de esmerarse en jugar como equipo. Y lo hace realmente bien. Presionando arriba y practicando un futbol veloz y dinámico en el que el balón recibe un trato siempre exquisito.
Jordi Roura, segundo entrenador del Barcelona, reconoció que cada semana están más cerca del título, pero dijo que hay que esperar.