Las series de intriga comienzan con capítulos flojos. A medida que la trama avanza los conflictos aumentan de intensidad y el misterio va al alza. Algo similar está sucediendo con la historia del Simas.
En el pasado reciente nos enteramos de los problemas por la falta de agua, los colectores caídos. Que eran líderes en quejas. Vaya, la palabra eficiencia no caracterizaba a la empresa de agua.
Poco después nos enteramos que un camión Vactor modelo 2011 con valor de 5 millones de pesos había sido embargado por una demanda laboral interpuesta desde 2010 por el excontralor del Simas, Peter Entchev Petrov.
También fue noticia que la Comisión Federal de Electricidad cortó la luz de las oficinas del Simas por un adeudo de 45 millones de pesos. En medio de este laberinto borgiano Participación Ciudadana acudió al Simas para exigir transparencia, y auditorías externas.
Pero sin duda la joya de la corona fue la nota publicada hace una semana por El Siglo de Torreón donde la reportera Yolanda Ríos daba a conocer que ña Auditoría Superior del Estado encontró que la pasada administración del Simas realizó en 2009 licitaciones manipuladas, adquisiciones con precios inflados, cobranzas "fantasma" y obras sin contrato. Sin embargo, por omisión o por esperar que soplaran los tiempos políticos adecuados, durante casi tres años las irregularidades fueron "perdonadas" por la administración que encabeza el alcalde Eduardo Olmos.
No obstante, llama la atención que la información no hubiera sido revelada con anterioridad por la actual administración y que el entonces gerente, Jesús Campos, la archivara, sobre todo tomando en cuenta que en los días de campaña el panista, Chuy de León, sustentó su discurso en la quiebra del Simas y la falta de agua en las colonias.
La Auditoría por Excepción que se realizó corresponde a 2009, último año de la administración municipal de José Ángel Pérez, cuando el gerente del Simas era Alberto Díaz de León y el contralor era Petar Petrov, a quienes la entidad fiscalizadora acusa de entorpecer el proceso de entrega-recepción a finales de ese año.
Los documentos revelan que la empresa pagó más de 400 mil pesos a seis personas contratadas para realizar cobranzas por más de dos millones de pesos, pero sin que se hubiera reportado una recaudación. También señalan que el Simas pagó más de 37 millones de pesos por obras de bacheo.
Según cotizaciones de precios que hizo la Auditoría Superior del Estado con varios proveedores, las licitaciones públicas fueron con precios-base encarecidos entre un 40, 60, 100 y hasta 400 por ciento, comparativamente a los que se manejan en el mercado. Tras las revelaciones el exalcalde José Ángel Pérez rechazó que hubiera un desfalco en el Simas y dijo estar "dispuesto a dar la cara" por lo que realizó su administración y cuestionó el actual manejo de la empresa de aguas, al afirmar que su administración la dejó "con números negros".
Tanto para el exalcalde como para el exgerente de Simas, Alberto Díaz de León, todas estas revelaciones se tratan de una "cortina de humo" para desviar la atención de presuntas irregularidades cometidas en la presente administración y que tienen al sistema de agua en la quiebra.
Mientras que para el alcalde electo, Miguel Riquelme, la información revelada por la Auditoría sólo está corroborando "todo lo que se sangró a la empresa abastecedora de agua, mediante adquisiciones infladas, licitaciones manipuladas y las inversiones millonarias que se aplicaron en obras que no cumplieron los objetivos para lo que se proyectaron como los megatanques".
Riquelme se comprometió a rescatar el Simas y a elegir a las personas idóneas para convertir a la paramunicipal en una empresa eficiente, con números negros, donde se privilegie la transparencia.
Sin embargo, de muy poco servirá contratar profesionales si no se hace una limpia de fondo en la estructura que maneja el Simas, el cual por décadas ha sido señalado como la caja chica del alcalde en turno independientemente si éste es priista o panista.
La Caja de Pandora ha sido destapada. El escándalo de corrupción de la administración panista alcanza a la actual por omisión. Sin duda la renuncia de Jesús Campos no es suficiente para calmar las aguas. Por el contrario muchas preguntas exigen respuesta, y como buena historia de misterio el caso Simas tiene muchos capítulos que contar.
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