Este fin de semana da inicio, aquí en Torreón el domingo 24, la temporada número 89 de la Liga Mexicana de Beisbol, LMB, fundada en 1925. En su larga trayectoria de nueve décadas, ¿cuál habrá sido el mejor año de ésta? Se dice que 1973.
En esa temporada del 73, como en la que ya arranca, participaron en el circuito 16 equipos y su calendario oficial comprendió 134 juegos. Fue el último año en que batearon los pitchers, pues a partir de 1974 la LMB adoptó la regla del "bateador designado".
Ese año, luego de las series eliminatorias -conocidas en el beisbol como playoffs- que fueron verdaderamente de alta tensión, se coronó campeón el equipo de los Diablos Rojos del México. Fue apenas su cuarto título. Hoy lleva 15.
En el libro oficial de la LMB correspondiente a ese año, se lee lo siguiente: "El epílogo, tan sensacional como dramático…así fueron casi todos los juegos en 1973. Algo fantástico pero superior en grado máximo cada uno de los playoffs. Prueba de ello -sigue diciendo el libro 'Quién es Quién'-se encuentra reflejado en las estadísticas de asistencia, rotos todos los récords, con los campeones del México en primer plano".
En conclusión, en 1973 se tuvo (hasta entonces obviamente) "la temporada más sensacional de todos los tiempos". Para infortunio del rey de los deportes, siete años después, en 1980, habría de estallar aquella malhadada huelga de peloteros, de la que el beisbol mexicano aún no se recupera.
¿Cómo fue la temporada 1973 de la LMB? En ese año vieron acción al menos en un juego 516 peloteros, 369 mexicanos y 147 extranjeros. De los nacionales el mayor número lo aportó Sonora con 60 (16.3% del total), le siguió Veracruz con 51 (13.8%), luego Sinaloa con 48 (13%) y el cuarto lugar fue Coahuila con 21 (5.7%). En la actualidad esta distribución ha cambiado de manera notoria.
Los 147 extranjeros llegaron de una docena de países. De EU el mayor número, pues fueron 60 (incluidos doce "pochos") y le siguieron Puerto Rico, Venezuela, Cuba y Dominicana. Hoy este cuadro también ha cambiado.
De los 516 peloteros -entre mexicanos y extranjeros- que jugaron esa temporada, 232 (45% del total) actuaron como pitchers y 284 (el 55% restante) como bateadores o jugadores de posición. Hoy esta relación se ha invertido.
En efecto, en la actualidad son más los lanzadores que los bateadores. El dato no deja de resultar curioso, pues si un año después (en 1974) se implantó la regla del "bateador designado", el sentido común indica que cabía esperar mayor número de bateadores y no que su proporción se redujera.
En 1973 Héctor Espino, ya jugando para Tampico, fue el campeón de bateo con porcentaje de .377 y también de carreras impulsadas con 107; además, conectó 22 jonrones, departamento en que resultó campeón Rommel Canada (de Saraperos de Saltillo) con 26. Esa temporada el pelotero de mayor edad fue Orestes Miñoso (Unión Laguna) con 50 años y el más joven Juan de Dios Chávez (Alijadores de Tampico), quien tenía 18.
En cuanto al pitcheo, el líder de juegos ganados fue el cubano Eduardo Bauta (Poza Rica) con 23; en porcentaje de ganados y perdidos Silvano Quezada (Tampico) con 22 victorias -las cuales 16 fueron consecutivas- y sólo 2 derrotas; en efectividad Manuel Lugo (de los Charros de Jalisco) con 1.60 y en ponches recetados José Peña (del Puebla) con 195. El pitcher más joven fue César Moreno, quien debutó con Sultanes teniendo 17 años.
Ojalá que la temporada que inicia tienda a parecerse a la de 1973. La de hace cuatro décadas.
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