Tepoztlán tiene fama de oponerse a las inversiones productivas y la modernidad. En la década de 1990 un grupo de activistas logró ahí la cancelación de un proyecto que incluía un club de golf, un desarrollo residencial y oficinas con una inversión inicial de más de 500 millones de dólares y que habría creado miles de empleos.
El impulsor del proyecto, Francisco Kladt Sobrino, falleció poco después de cáncer a pesar de su juventud. La cancelación del proyecto no fue suficiente. Los grupos ejidales y comunitarios han buscado despojar a los herederos de los terrenos que previamente vendieron a Kladt y sus socios. Aprovechan para ello las disposiciones legales de nuestro país que consideran a los ejidatarios como menores de edad cuyas decisiones de arrendamiento o enajenación de tierras nunca pueden ser consideradas definitivas.
Hoy se ha generado un nuevo conflicto en la comunidad que tiene que ver con un debate de fondo sobre el desarrollo. Un grupo llamado Frente Unido por la Defensa de Tepoztlán busca impedir la ampliación de la carretera La Pera-Cuautla que atraviesa una parte del municipio. Manuel Contreras, un tepostizo, es decir, un residente nacido fuera de la comunidad, es vocero del movimiento, el cual busca no sólo oponerse a la ampliación de la carretera sino al desarrollo económico tal y como éste se concibe usualmente. Dice Contreras que el esquema tradicional del desarrollo, con inversiones en infraestructura y transporte de productos de lugares lejanos, está equivocado: el verdadero desarrollo debe volcarse al interior de las comunidades, al comercio tradicional de bienes producidos localmente. La carretera no ayuda a ese propósito.
En realidad la ampliación de la carretera está ya muy avanzada. Falta solamente la parte que pasa cerca de Tepoztlán. Pero en los últimos días ha habido manifestaciones a favor y en contra del proyecto. El frente opositor mantenía un plantón frente al palacio municipal, pero lo levantó el pasado fin de semana.
El gobernador afirma que la mayoría de los tepoztecos apoya la ampliación de la carretera. Dice que así lo comprobó una consulta ciudadana. El Frente sostiene que la consulta estuvo amañada, a lo que el gobernador responde que estaría dispuesto a realizarla nuevamente. Mantiene que la ampliación de la carretera generaría no sólo empleos hoy, en el trabajo de construcción, sino en el futuro al permitir una mayor rapidez en el flujo de personas y mercancías. Los visitantes se sienten frustrados cuando tienen que dedicar 40 minutos o más a conducir entre Tepoztlán y la autopista Cuernavaca-México. La actual carretera, añade, es una de las más peligrosas del país.
Con el proyecto de la carretera se enfrentan dos visiones económicas distintas. Una pretende que hay que cerrar las puertas, que el verdadero desarrollo debe ser introspectivo, sin inversiones de fuera y sin intercambio con el exterior. Es la filosofía que prevaleció en Tepoztlán con la cancelación del club de golf. La otra es la que sostiene que, como en el resto del mundo, el desarrollo se logra abriendo puertas, generando inversión y creando empleos productivos y competitivos.
En realidad estas dos visiones han dividido al país desde el siglo XIX. Una ha sido de los conservadores, deseosos siempre de cerrar el país a la inversión y al comercio; la otra de los liberales, que promueven la apertura y el desarrollo económico. Éstas son las ideas que se enfrentan en Tepoztlán hoy, sólo que la conservadora se presenta disfrazada de izquierda.
5 POR CIENTO
La falta de crecimiento económico ha hecho imposible reducir el número de pobres en nuestro país en los últimos años. México ha crecido apenas 2 por ciento al año en los últimos 12 años. Tiene razón el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, cuando dice que habría que elevar esta tasa a cuando menos 5 por ciento al año para reducir la pobreza.
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