Afectación. El escenario de violencia ha provocado que se incrementen en Durango las afectaciones a la salud mental.
Una víctima de violencia que no recibe atención psicológica puede desarrollar depresión y ansiedad, cuya combinación tiene dos caminos: suicidio o adicciones; incluso ambos.
A un par de días de que se celebre el Día Mundial de la No Violencia y la Paz, establecido por la UNESCO para conmemorar la muerte de Gandhi, este medio buscó conocer las repercusiones a la salud mental de las personas expuestas a violencia extrema.
Alan Flores Murguía, director del Instituto de Salud Mental del Estado de Durango (ISMED), explicó que una persona expuesta a la violencia genera depresión y ansiedad, cuyas vías de escape más recurrentes son el consumo de alcohol y drogas; en caso de no ser atendidas las secuelas, esto detona en el abuso de dicho consumo y, posteriormente, en el suicidio.
"Una persona deprimida que abusa de sustancias prácticamente va a estar perdiendo el juicio y va a ser más fácil atentar contra su integridad", enfatizó.
EDADES
Un adolescente expuesto a violencia puede manifestar un bajo rendimiento escolar, síntomas de padecimientos gastrointestinales frecuentes, dificultad para concentrarse y se tornará olvidadizo; pero esto sólo es una parte, pues además reproducirán la violencia en su casa o en la escuela.
Posteriormente pueden aparecer los problemas alimenticios con falta de hambre si los síntomas son depresivos, o exceso si son de ansiedad, comentó la directora del ISMED.
En el caso de los niños, Alan Flores Murguía enfatizó que una forma de manifestar sus secuelas es cuando se orinan en la cama, dejan de comer o externan su deseo de alejarse del lugar donde sufrieron de violencia.
