El arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, lamentó las condiciones de miseria en la que viven miles de niños en todo el mundo.
"Si es cierto que un niño es la alegría no sólo de sus padres, sino también de la Iglesia y de toda la sociedad, también es cierto que en nuestros días muchos niños sufren o son amenazados en varias partes del mundo", expuso.
Muchos de ellos "padecen hambre y miseria, mueren por causa de enfermedades que podrían ser curadas o por desnutrición y no tienen posibilidad de recibir educación; perecen víctimas de la guerra o son abandonados por sus padres y condenados a vivir sin hogar”, refirió.
“Privados del calor de una familia propia, soportan muchas formas de violencia y de abuso de los adultos y, lo que es peor, muchos niños y niñas mueren en el seno de su madre asesinados por quienes más los deberían de cuidar", agregó.
En el cierre del ciclo navideño, que la Iglesia Católica celebra con el bautizo de Jesús, el cardenal puntualizó que el título que más deberían presumir los católicos es el de ser "hijo de Dios", pero no sólo eso sino “como Jesús, demostrarlo con obras”.
Durante la misa dominical en la Catedral Metropolitana, el prelado señaló que el bautismo, además de ser un privilegio, debe ser un compromiso y una gran inquietud para cambiar nuestro mundo.
"Ustedes pueden ser una gran luz en nuestra gran ciudad. Todos ustedes pueden hacer algo por los compañeros de trabajo, por la gente, de su barrio", aseveró.
Lo que nos sucede en nuestro bautismo no debe ser la adopción que queda en un papel, sino la adopción real e interior, ya que por nuestro cuerpo y nuestra alma corre la vida divina, la gracia de Dios, abundó el purpurado ante decenas de feligreses, a quienes pidió orar por quienes están alejados de la Iglesia y no creen.