Homenaje. Se proyectó su documental restaurado y en dos partes.
La Berlinale rindió homenaje al documentalista francés Claude Lanzmann, el cineasta que plasmó en más de nueve horas de documental la Shoah y al que la 63 edición del festival dedicó su Oso de Oro de Honor.
El documental, rodado en 1985, volvió a la gran pantalla de la Berlinale, restaurado y digitalizado, como la más elocuente representación fílmica de la barbarie y la violencia, del antisemitismo y sus consecuencias.
El filme recorre, a lo largo de nueve horas y media, el genocidio de los judíos europeos, desde la doble perspectiva de las víctimas y de sus verdugos y alternando las entrevistas con unos y otros.
Con la proyección de la versión restaurada regresó a la Berlinale el filme que tuvo su estreno mundial en 1986, en ese mismo festival y en la sección Forum, destinada al cine más experimental.
La cinta es el resultado de un largo rodaje, que se prolongó durante casi doce años y en que Lanzmann compendió entrevistas con supervivientes y testigos del Holocausto, además de recorrer algunos de los escenarios del exterminio.
La nueva versión de Shoah se exhibió en dos partes, entre el miércoles y ayer, en la sección Homenaje y a modo de "monumento épico contra el olvido", en palabras del director del festival, Dieter Kosslick.
Junto a ese exhaustivo testimonio, la Berlinale incluyó en su ciclo sobre la filmografía de Lanzmann los filmes Porquoi Israel (1973), Tsahal (1994) , Un vivant Qui Passe (1997) y Sobibor, 14 Octobre 1943. 16 Heures (2001) .
Este último título, sobre la revuelta de los confinados en ese campo de exterminio de la Polonia ocupada, fue el elegido para la gala de homenaje y entrega del Oro de Oro de Honor de este jueves, en el Berlinale Palast.
Lanzmann, de 87 años y judío, es no sólo la memoria fílmica, sino también la memoria viva del combate contra el nazismo y la monstruosidad del Holocausto.
Para el cineasta, sus filmes son, además de una advertencia al mundo, una especie de "liberación" para los alemanes, a los que aspira haber ayudado a confrontarse con su propia historia.