Entorno. Algunos menores involucrados en delitos provienen de familias disfuncionales cuyos padres o hermanos están en el Cereso.
La mayoría de los jóvenes que cometen un delito y son puestos a disposición del Tribunal para Menores Infractores del Estado de Durango proviene de familias disfuncionales e incluso, en algunos casos tienen familiares en prisión.
Así lo dio a conocer la magistrada presidenta de dicho Tribunal, Irma Luz Galindo Ochoa, quien enfatizó que "es la desintegración familiar la que lleva a delinquir a los menores" que son internados en el Certmi.
"La mayoría vienen de familias disfuncionales, lamentablemente a veces el papá está interno en el Cereso o los hermanos", manifestó.
Ante eso, como parte de la rehabilitación que reciben cuando cumplen una sentencia, se tiene un contacto constante con los familiares para que traten de cambiar su entorno.
¿REHABILITACIÓN EFECTIVA?
La entrevistada refirió que cuando los menores están cumpliendo con las sanciones impuestas, se les da un tratamiento para su reintegración a la sociedad en el que se procura que la familia esté al pendiente. Se cuenta con una unidad de diagnóstico conformada por psicólogas y trabajadoras sociales.
Cuando cumplen su condena, los menores tienen una audiencia con el juez de ejecución de medidas, quien los exhorta a que no vuelvan a cometer ilícitos, que se reincorporen a un trabajo y continúen estudiando.
Este es el último acercamiento que tiene el Tribunal con los menores, por lo que no es posible conocer qué fue de ellos una vez que recobraron su libertad.
"Pensamos que es suficiente, es un sistema integral el que llevamos aquí. Son varias instituciones las que intervienen en el seguimiento de los menores. Afortunadamente la reincidencia de los menores es muy baja, de un 20 por ciento", destacó la magistrada.