Finanzas. La administración inició en una situación financiera desastrosa, pero se sacó adelante y sin incurrir en adeudos.
Tras haber iniciado con una deuda pública de 280 millones de pesos, la administración municipal asegura que cerrará esta cifra en 150 millones de pesos (mdp) a pagarse dentro de los siguientes 20 años.
En términos generales, el manejo de las finanzas municipales arroja un saldo favorable si se toma en cuenta que durante ese periodo, dicho pasivo no tuvo incrementos porque no se contrajeron deudas a largo plazo.
Según la Tesorería Municipal, se dejarán en ceros las cuentas con contratistas, proveedores y con terceros institucionales, como la Comisión Federal de Electricidad a la que en 2012, se le cubrió un adeudo histórico por 25 mdp.
A partir de 2012, el Municipio se quedó sin el segundo ingreso más importante después del Impuesto Predial: El que representaban los permisos provisionales de circulación que se dejaron de expedir por una disposición del Congreso del Estado.
Para ese año, se habían presupuestado unos 42 mdp por esa vía, por lo cual fue necesario ajustar los egresos, principalmente de nómina y el gasto corriente. Sin embargo, y pese a que el discurso señalaba la negativa a afectar a la población, temporalmente también se restringieron algunos programas de carácter social, como las becas escolares, despensas y otros apoyos a gente de escasos recursos.
El responsable del manejo de las finanzas en Gómez Palacio, Miguel Chibli Navarro asegura que la aplicación disciplinada de los recursos fue lo que permitió que no sólo se equilibrara el gasto, sino que al término de ese ejercicio fiscal se registrara un superávit por 72 mdp, cuyo 90 por ciento se invirtió en obras y el diez restante en programas sociales.
PROBLEMAS HEREDADOS
Pese a las cifras, las finanzas municipales estuvieron en el "ojo del huracán" al menos durante la primera mitad de la administración, tanto por situaciones que se generaron en la pasada gestión, como por la oposición representada en el Cabildo.
De los 280 mdp que se heredaron de la deuda pública, 182 fueron contratados por la pasada administración en el periodo de Ricardo Rebollo Mendoza. De esta cifra, 30 mdp fueron producto de observaciones en el periodo enero-agosto de 2010 que hasta la fecha siguen sin aclararse.
Los regidores que entonces integraban la Coalición Gómez Palacio Nos Une, promovieron por este motivo una denuncia de carácter penal por el delito de daños, contra los representantes de la anterior administración producto de este faltante financiero.
Según las observaciones que en su momento hizo la Entidad de Auditoría Superior del Estado (EASE), la cantidad era el producto de obras no ejecutadas y no terminadas, como un paso a desnivel por la calle lateral del canal del Sacramento y el cruce ferroviario; el desnivel de la calle Escobedo y el pago de una parte de los terrenos que ahora ocupa el parque La Esperanza.
Ni el Congreso del Estado ni el Estado asumieron su responsabilidad en exigir la aclaración sobre el paradero de estos 30 millones de pesos.
Otra de las situaciones que se dejó de lado fue la necesidad de crear un fondo de pensiones para los trabajadores municipales.
En sus dos últimas evaluaciones, la firma Fitch & Ratings aprobó el manejo financiero, pero a la vez lanzó una señal de alerta al indicar que en un largo plazo, el no contar con un fondo financiero para solventar este compromiso podría acarrear serios problemas a las finanzas públicas de Gómez Palacio.
Anualmente, se gastan más de 50 mdp de recursos propios para cubrir este compromiso, lo que según la consultora es un problema que debe atenderse, pero que muy pocos municipios lo hacen.
OPOSICIóN
Los mismos ediles de oposición pusieron en duda repetidamente el manejo de los recursos públicos, al señalar la poca transparencia y el nulo acceso a la información relacionada con la nómina municipal, los gastos en combustibles y otros rubros que conforman el presupuesto.
Los regidores aseguraban que no había una reducción notoria en el pago de sueldos y prestaciones a los trabajadores, pero que la Tesorería Municipal mantuvo su negativa para mostrarles a detalle estos gastos.
Las confrontaciones entre los ediles y el tesorero fueron una constante durante casi los dos primeros años de la administración; las reuniones para revisar los estados financieros se convertían en discusiones álgidas y sesiones de insultos de una y otra parte.
Al cierre de la administración, considera que se sacrificó mucho en cuanto a infraestructura, obras y servicios por atender una deuda pública heredada.
Asegura que pasadas administraciones municipales hicieron inversiones hasta por mil millones de pesos en obra pública, pero la que está por cerrar solamente habrá invertido unos 700 mdp.