Las nuevas paternidades
Padres y madres se sienten más felices y realizados al compartir roles y responsabilidades en la crianza de los hijos y en la funcionalidad del hogar. En la mayoría de los casos, para los niños y adolescentes de las nuevas generaciones, contar con una nueva forma de estructurar la familia y ejercer la paternidad igualitaria y participativa, les ha proporcionado un soporte más completo para la edificación de su identidad y autoestima.
La participación de la figura masculina en el cuidado de los hijos, lejos de percibirse como débil e inadecuada, muestra sensibilidad, amor, valentía, compromiso y humanidad, características y valores que a ambos sexos beneficia y enriquece desde el punto de vista de la sexualidad, la construcción de género, los roles para ejercer en su vida futura, así como de seres humanos.
Además, esta conducta no afecta el rol masculino y es todo un reto.
ROMPER MODELOS HEGEMÓNICOS
Desde la perspectiva contemporánea, para los hombres es muy interesante imaginar cómo crear un vínculo y reforzar los lazos con el bebé, desde la participación activa en el momento de nacer, cómo participar activamente en su crianza, descubrir cómo vivir la paternidad en los tiempos modernos, no sentirse limitados al rol de proveedores, trascender de ser hombres a ser padres, cambiar la ideología y los estereotipos, experimentar el hecho de que hay cosas que no hacen porque no les son familiares, pero no porque no sepan o no puedan hacerlas. Una propuesta que resulta interesante es ofrecer al padre ser un puente entre su hijo y el mundo exterior, de esta manera la figura paterna cobrará fuerza.
¿QUÉ ES SER PADRE HOY EN DÍA?
Ser padre no es solamente ser proveedor y permanecer en un lugar jerárquico como autoridad o jefe de familia. La ética y la necesidad de evolucionar del ser humano, han implementado derechos y deberes dentro de los principios que vivimos, sobre todo de los adultos hacia los niños.
Ser padre en estos tiempos involucra el compromiso emocional, el acompañamiento, la comunicación asertiva, la intención de compartir, entre otras cosas. Ser padre hoy en día, significa incluir en la propia vida, la vida del hijo, concebir esta acción como un trabajo constante y permanente de protección y cuidado; involucra ser un padre que esté presente, con el que se vivirán tanto experiencias como objetivos para ambas partes, cada uno con sus respectivas obligaciones y responsabilidades.
PATERNIDAD MULTIFORME
Actualmente, existen muchas formas de vivir una paternidad, a diferencia de hace un siglo cuando las reglas eran simples: proveer y mantener a los hijos sin obligación de involucrarse en la crianza, con una imagen paternal dura, insensible, poco o nada afectiva y sin participación en las tareas domésticas.
A raíz del movimiento feminista de los años setentas, el rol de las madres cambió notable y paulatinamente, ahora ellas también proveen y participan no sólo en la economía sino en la administración del hogar y, en consecuencia, se presentan cambios en las formas de vivir la paternidad.
Podemos ver a padres preocupados y ocupados por la salud emocional de sus hijos, que participan en las tareas domésticas de forma activa. Hay quienes se animan a cuestionar a los hijos acerca de cómo se sienten con alguna situación que vive la familia o de manera individual, llegándose a involucrar con la parte sentimental y emocional de ellos. Por otra parte, hay quienes asisten a la Escuela para Padres que organiza el plantel escolar de sus hijos.
Habrá quienes sigan siendo los únicos proveedores de la familia, pero aun así, no quedan exentos de participar en áreas que hace años hubiera sido difícil concebir, por lo que la paternidad muestra una clara multiformidad difícil de definir en un solo concepto.
OBSTÁCULOS Y RESISTENCIAS AL CAMBIO
Los cambios que se han ido gestando durante los últimos cuarenta años no han sido fáciles para ninguno de los dos géneros, sobre todo para los hombres que han tenido que aprender a ser y dar lo que ellos mismos nunca obtuvieron de la figura paterna.
De igual manera, es natural observar cierta resistencia en los hombres al pasar de un rol heredado a uno aprendido, dadas las circunstancias de la modernidad; sin embargo, en ocasiones los padres terminan rompiendo esta resistencia volviendo al comportamiento de la paternidad tradicional, donde demostrar amor o cuidados hacia los hijos va en contra de «ser hombres». En ocasiones, los comentarios burlescos de amigos y familiares influyen de manera significativa en los nuevos padres, ocasionándoles conflictos personales o incluso de pareja.
SENSIBILIZACIÓN SOCIAL
Con esta nueva modalidad de paternidad, los varones han experimentado una mayor libertad de expresión, ya que anteriormente las familias que tenían a su cargo la crianza de hombres, imponían valores y aprendizajes de masculinidad tales como “los hombres no juega con muñecas, la cocina no es para los hombres, los hombres no permanecen en la casa, los hombres no demuestran cariño, ni abrazan, ni lloran”.
Sin embargo, los roles de hombres y mujeres de hoy en día son equitativos y promueven la igualdad desde los primeros años de vida en el terreno emocional y de sensibilidad, sobre todo en los ambientes escolares. Así es como los hombres han experimentado la felicidad de expresar sus sentimientos con la confianza de que sus actitudes no serán juzgadas como inadecuadas o impropias, sino todo lo contrario, serán vistas como las de cualquier ser humano que necesita expresar y recibir afecto, demostrar emociones y ser comprendido.
DECADENCIA DE LOS «VIEJOS» PADRES
Este cambio ya está aquí. A lo largo de la historia la paternidad ha sido cambiante. Los roles de paternidad y maternidad son construcciones socioculturales, que desde sus orígenes han tomado en cuenta los diferentes aspectos de la naturaleza humana, como los biológicos, sociales, culturales, históricos y políticos.
Es factible que la construcción de género sea modificable según las circunstancias que se viven. En estos tiempos se ha construido un nuevo ser masculino que acaricia a un niño, comprende a una mujer, llora, expresa sentimientos y manifiesta necesidades.
¿CÓMO SE VIVE EL CAMBIO DE PARADIGMA?
Día a día podemos observar cómo los hombres se han ido incluyendo -y a su vez, han ido incluyendo en sus propias vidas- las actividades de construcción de la estructura familiar, la crianza de los hijos desde lo emocional y el cuidado de su integridad física y psicológica.
Además, en algunas familias la situación económica del hogar y el rol de proveedor no solamente están a cargo del padre, sino que la madre también toma lugar en este apartado. De igual forma, el padre toma participación en la decisión de la procreación, vive como propia la gestación, el alumbramiento y el cuidado de los hijos, a la vez que se incluye en la organización de la funcionalidad del hogar.
La generación de padres que han incluido esta nueva forma de paternidad en la vida familiar, viven con responsabilidad, compromiso, solidaridad, amor, interés y lealtad, valores que al practicarlos como personas, pareja y familia, los fundan como ejemplo para sus hijos, al tiempo que ellos mismos se complementan en su crecimiento como personas.
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