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Las oraciones del músico

Sin festejo. Mario Lavista cumplirá este 3 de abril 70 años, por lo que confesó que no es motivo de celebración pues no le gusta la vejez.

Sin festejo. Mario Lavista cumplirá este 3 de abril 70 años, por lo que confesó que no es motivo de celebración pues no le gusta la vejez.

AGENCIAS

Mario Lavista declaró alguna vez que el músico que busque fama y popularidad tendrá que seguir las reglas del juego. Él nunca las ha seguido, por el contrario, desde que en 1966 estrenó su obra "Monólogo", se brincó todas las bardas, huyó del modelo dominante y aunque en un principio se sintió fuertemente influido por lo se hacía en otras latitudes, encontró su lenguaje e impuso sus propias reglas.

Y así, en la periferia musical, consolidó una carrera que lo convirtió en una de las figuras más importantes de la cultura nacional del siglo XX. Ganó la popularidad que no buscó y el reconocimiento del público y de las instituciones culturales.

Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes mexicano y la Medalla Mozart en 1991; es creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 1993 y miembro de El Colegio Nacional desde 1998; es ensayista, conferencista, catedrático y divulgador de la música contemporánea de concierto; fundador y director de Pauta, publicación periódica sobre teoría y crítica musicales.

Además, sus opiniones son consideras por los funcionarios en turno. El año pasado, por ejemplo, fue uno de los invitados a una reunión con el entonces electo presidente Enrique Peña Nieto.

El 3 de abril cumplirá 70 años de vida, aniversario que lo tiene "muy a disgusto". "No tengo nada qué celebrar, no me gusta la vejez y no me quiero morir. Tengo por ahí un gen materno de longevidad que espero haber heredado. Mi madre vive, tiene 90 años y está en perfecto estado de salud; mi abuela murió cuando tenía como 100 años", cuenta en entrevista.

→ ¿Le gustaría esa longevidad para usted?

Claro, lo que más me interesa es ver crecer a mi nieta, va a cumplir 14 años y espero vivir muchos años para ver qué es lo que hace con su vida. Eso es lo que quiero.

→ "Canto del alba", de 1979, ¿es la obra inaugural de su búsqueda personal como compositor?

Estaba muy volcado hacia la vanguardia, quería estar al día y eso significaba oír al mundo, hasta que llegó el momento en que creí que era más importante volcarme sobre mí mismo. No quiero decir que antes no me escuchaba, pero estaba muy atento a lo que se hacía en otras latitudes. En 1979 logré escucharme con mayor fidelidad y compongo lo que estoy escuchando, aunque eso no tenga el sentido de la vanguardia. A partir de Canto del alba comencé a trabajar estrechamente con los intérpretes porque me volqué hacia el estudio y la experimentación de lo que se llama Nuevas técnicas instrumentales, que es tratar de emplear en el proceso compositivo todas las posibilidades que nos ofrecen los instrumentos tradicionales, que la tradición rara vez contemplaba.

-La muerte de Raúl Lavista fue el detonante para que iniciara en la música religiosa. Años después, murió su maestro Rodolfo Halfter y compuso una más.

→ ¿La música religiosa empezó como un luto?, ¿una forma de comprender la muerte?

Sí. La muerte de Raúl fue una catástrofe para mí. Lo quise mucho, casi vivía en su casa y quise rendirle un homenaje que resultó ser un Lamento, que es una forma religiosa, pero fúnebre, que se remonta al siglo XIV. Era un género que se empleaba para honrar a otros músicos, cuando uno moría, otro le componía un Lamento.

Después murió uno de mis principales maestros, Rodolfo Halfter, por cuatro años tomé cursos con él en el Conservatorio; después nos hicimos muy amigos. Escribí un Responsorio, que es también una obra religiosa. Desde entonces me ha seguido interesando la música religiosa, como compositor y como oyente, pocas cosas me parecen tan extraordinarias como el canto gregoriano, una de las creaciones del género humano.

→ ¿Cómo se crea música religiosa en la época que le ha tocado vivir?

Uno hace música religiosa en una época sumamente desafortunada para la Iglesia, como institución. A partir de Juan XXIII la Iglesia abandona la grandeza (de esta música) por razones populistas.

→ ¿O por ignorancia?

Sí, pero hay algo peor, los terribles escándalos de pederastia que son imperdonables. La Iglesia no defendió los niños que son ángeles. Para mí es una institución que perdió peso en el mundo de la cultura occidental. No creo que vaya a salir de ese desprestigio. A pesar de eso, me interesa mucho la música religiosa. Y me interesa la Iglesia como la depositaria de un saber, no como una institución.

-Usted es reconocido por las instituciones, ha sido premiado y sus opiniones son consideradas por el presidente de la República.

→ ¿Eso da poder, se tiene conciencia de eso?

He tenido ciertos reconocimientos que han sido una gran cosa. Que le den a uno el Premio Nacional de Ciencias y Artes, que la embajada de Austria me dé la Medalla Mozart, ¡qué gusto! Que El Colegio Nacional decida que puedo ser parte de ese cuerpo colegiado, ¡es espléndido! Pero, efectivamente, originan que el nombre de esa persona esté a la luz y que el mundo de la política de repente se acerque, eso también me ha pasado. A mí no me interesa que el presidente de la República me encargue una obra, lo que me interesaría es que si lo voy a ver le pueda hablar de cuestiones educativas porque soy maestro desde más de 40 años y porque es fundamental que la educación sea de excelencia y no me refiero sólo a la básica, sino también a la profesional; cosas que seguramente no conoce y que hay que decirle. Si tengo la fortuna de acercarme a Rafael Tovar (presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Conaculta), mi amigo desde hace muchos años, puedo sugerirle ciertas cosas que creo que podrían hacerle mucho bien a la actividad musical mexicana, como que haya mayor financiamiento para que se publiquen más libros de música, que haya más revistas, más presupuesto para ampliar las bibliotecas profesionales. Nunca he buscado un puesto público, eso sí me es totalmente ajeno.

→ ¿Su próximo estreno?

Acabo de terminar una obra que le dedico a Joy Laville, cuyo título lo tomé de Jorge Ibargüengoitia, que fue su marido. Se llama Mujer pintando en cuarto azul. Es un homenaje a su pintura y creo que en junio o julio se podrá estrenar, lo tocará una pianista que se llama Ana Cervantes. Joy es muy cercana a la familia, es amiga de mi madre. En el futuro no sé, caray, quién sabe.

A detalle

⇒ El compositor Mario Lavista es creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 1993 y miembro de El Colegio Nacional desde 1998.

⇒ Es fundador y director de Pauta, publicación periódica sobre teoría y crítica musicales.

⇒ Entre sus obras más destacadas se encuentra Monólogos, Música para mi vecino, Reflejos de la noche, Tres nocturnos.

⇒ Con motivo de su cumpleaños Canal 22 transmitirá una programación especial sobre su vida.

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Escrito en: Mario Lavista

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