Me acuerdo cuando estábamos en primaria (¡prodigiosa memoria!) nos compraban una caja de 12 colores Dixon y venían rojo, azul, amarillo, etc., y también el color blanco. ¿Para qué servía el color blanco? Nadie sabe, nadie supo.
Siempre es molesto que lo despierten a uno, pero si además de la afrenta de interrumpir tu sueño, lo hace alguien preguntando ¿estás dormido? Te levantas con un grrrrr. Son cosas que siempre pasan y que a todos nos suceden como lo dice un “mail” que alguien me envió y que me provocó buenas carcajadas.
Dice -y me parece muy cierto- que cuando vas a la peluquería, el sujeto (o sujeta) te pregunta ¿cómo lo quiere? y tú le explicas detalladamente el corte que quieres, pero pidas lo que pidas, el peluquero hace siempre “lo que se le hincha”, es decir, lo que le da la gana. ¿Verdad que sí?
¿Cuántas veces te has “peleado” con una puerta tratando de jalarla hacia ti, hasta que te das cuenta de que hay un letrerote que dice “empuje”? Finalmente obedeces la orden, empujas y todavía te vas echándole pestes a la ‘inche puerta que no te quería dejar pasar.
Con el celular también pasan muchas cosas. Cuando ves a un amigo que está batallando para encontrar cierta información y le dices, casi le ordenas, a ver, ¡préstame eso!, ¡es que tú no sabes! y luego resulta que tú tampoco supiste. Eso sucede con el celular y con cualquier otro artefacto.
Las señoras se acuerdan de que su mamá decía frases como “Es la primera vez que me siento en todo el día” o “no pueden venir a comer a la hora que les dé la gana”, “esto no es un hotel” y ahora ella las dice. También es de las que le ordenan al hijo: Niño, “pásame el dese… sí, el ése de aquel” y así quiere que el muchacho le entienda.
De pasadita déjeme aclararle que el “dese”, la palabra “dese” está en el Diccionario de la Real Academia Española y se define como un mexicanismo “cosa cuyo nombre se desconoce o se ha olvidado”.
Volviendo a los años escolares, también recuerdo que nunca terminamos una goma de borrar, siempre se perdió antes y que siempre hubo un compañero o compañera que al salir del examen dijo que le fue “fatal” y el asqueroso (o asquerosa) sacó un 10. También recuerdo que era mucho mejor conversar en clase que en el recreo.
A mí también siempre me suceden esas cosas que siempre pasan: cuando le digo a un amigo que voltee disimuladamente, nunca lo hace disimuladamente; que siempre se me cae un calcetín cuando llevo un montón de ropa a la lavadora; que ojalá tuviera por la noche la misma cantidad de sueño que tengo a la hora en que debo levantarme…
…Y que cuando digo que no me pasa nada, es que algo me pasa.
Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Salvador Rodríguez. ¿Me puede ayudar con esta palabra? Tenemos duda si la palabra “reyne” se escribe con “Y” o con I latina.
RESPUESTA:
El sustantivo “reina” y todas las formas conjugacionales del verbo reinar se deben escribir con I latina, nunca con Y.
Reflexión para terminar: Es cierto que el dinero no trae la felicidad, pero yo prefiero llorar sobre un Ferrari. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.