Yo soy como el chile verde, picante, pero sabroso. Te dejaron como Dios puso al perico. Te quedaste como el que chifló en la loma. Como Perico el de los palotes. Como el perro del hortelano. Como alma que lleva el diablo. Como cualquier hijo de vecino… como… como… como.
La palabra “como” es un adverbio de modo… Bueno, antes debo decir que es una forma del verbo comer, eso está muy claro: Yo como, tú comes, él come. Pero el “como” adverbial da pie a un montón de dichos y refranes que destacan el ingenio mexicano. “Yo soy como el chile verde, llorona, picante, pero sabroso…” Así dice el huapango “La Llorona” que con mucha enjundia solían cantar los del Trío Tariácuri en las años 50 del siglo XX.
Me quedé como el que chifló en la loma. Ha de haber por ahí un cuentecillo del que chiflaba, es decir, silbaba en una loma, pero como estaba muy lejos del pueblo o del área urbana, pues nadie lo escuchaba o como se dice ahora “nadie lo pelaba” que es lo mismo que nadie le hacía caso o que nadie lo tomaba en cuenta.
Tu mamá está como un cuchillito de palo –le dice un señor a su esposa-… No corta, pero friega y friega y friega. Y el marido mandilón que nunca se queja, hasta que un día se rebela y lo contrarrestan muy agresivamente, en México se dice folclóricamente que está “como el perro de Tía Cleta, la primer vez que ladró, le rompieron el hocico. Puse “la primer vez” consciente de que debería haber puesto “la primera vez” pues el sustantivo “vez” es femenino, pero no quise alterar el dicho y lo transcribí tal como es.
Cuando lo atienden a uno sin alguna consideración especial, quizá diga que lo trataron “como a cualquier hijo de vecino”, es decir, como a una persona común y corriente y si está muy enojado, tanto que “no lo calienta ni el sol”, tal vez alguien va a comentar “ni te le acerques ahorita a este señor, porque está “como agua pa’chocolate” porque el chocolate para que sepa sabroso se debe preparar con leche y si se hace con agua, no sabe bien.
Cuando alguien hace algo notable, pero lo hace de “chiripa”, es decir, por mera casualidad, se dice como decía mi abuelita “como el burro que tocó la flauta”, es decir, accidentalmente porque sabe uno que los asnos no saben tocar la flauta ni algún otro instrumento musical.
“Estar como charrasca” es estar listísimo para determinada actividad, porque la charrasca es una navaja muy filosa, y esta expresión puede sustituirse por estar como un cerillo, porque ya ve usted que los cerillos, siempre están listos para encender con sólo que se les dé una frotadita donde y como se debe.
Y cuando mi hermano me encuentra profundamente dormido, es probable que luego me diga: fui a buscarte a tu casa, pero estabas bien, pero muy bien dormido “como si no debieras”, o sea, como si no tuviera deudas por pagar ¡imagínese usted!
Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
En los noticieros a veces los reporteros dicen “una camioneta de color blanca…” ¿es correcto?
RESPUESTA:
No. En este caso el adjetivo “blanco” está calificando al sustantivo masculino “color”. Por lo tanto lo correcto es: “una camioneta de color blanco”.
Me retiro con esta reflexión. El corazón es una riqueza que no se vende ni se compra. Se regala. ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!