Estoy pensando en un personaje algo extraño que era muy aficionado
al futbol, pero por alguna extraña
circunstancia, nunca había visto
un partido en la vida real. Solamente lo escuchaba por radio. Por
eso cuando finalmente llegó a estar
en un estadio, se llevó un montón
de desilusiones.
“Lo primero que vi fue que en la
portería no había ninguna puerta
–decía el tipo con la cara llena de
desengaño- y que “los tres palos
blancos” que decían los cronistas,
no eran palos sino tubos, porque
hasta donde yo tengo entendido
–argumentaba el sujeto- los palos
son de madera”.
“No había puerta y entonces
tampoco había razón a la vista para que al tipo que cuidaba el espacio evitando que le anotaran, se le
llamara portero ¡Claro que no, para nada! Y si hubiera buscado el lugar “donde las arañas hacen su nido” donde algunos delanteros colocaban el balón en una jugada magistral, no había ningún nido ara-
ñas, empezando porque las arañas
no acostumbran vivir en nidos
¡pues ni que fueran pájaros”.
Es más, el Diccionario de la
Academia Española dice que el arco es una porción de curva, y nuestro personaje se traumó porque el
“arco” de la portería, no es puerta
y tampoco es arco, o tal vez sí pero
es un arco cuadrado o sea que no es
compatible con la definición acadé-
mica de la palabra.
Mi cuate se quedó sorprendido
al ver que el área chica es bastante grande, mientras que la llamada
“área grande” es enorme y luego
pudo constatar personalmente que
lo que el narrador había dicho que
es un “saque de banda” no era un
“saque”, en todo caso sería un “meta” porque no se trataba de sacar el
balón de la cancha sino de meterlo
en ella.
Llevaba su radio portátil y escuchó que se mencionaba a un volante que ni siquiera volaba sino que
corría como todos los demás jugadores y si el volante no volaba pues
¿qué podía esperarse de un “medio
volante”?, tal vez que sólo medio
volara o volara a media altura.
En algunas jugadas pasaban cosas muy diferentes a las que él hubiera imaginado, por ejemplo cuando un jugador a otro “le hace un recorte” que él se imaginaba que se
hacía con tijeras y papel, mientras
que “hacerle una pared” pues hubiera requerido un poco de mezcla
de concreto y ladrillos.
Pensaba que un jugador “se quitaba la marca” cuando la etiqueta
de la camiseta o del calzón le molestaba y se la arrancaba para
deshacerse de ella y que para ponerle “ritmo” al partido se usaban
tambores y tarolas, mientras que
un “cambio de juego” no significaba que se hubieran aburrido de jugar futbol y de pronto hubieran
cambiado los balones por guantes
y por bates y se pusieran a jugar
beisbol o algún otro deporte.
Escríbale a Don Juan Recaredo:
La dirección de su correo electró-
nico es donjuanrecaredo@gmail.com
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Sandra Chávez ¿Por qué en algunos
medios dicen “más sin embargo” si
todos sabemos que es un error?
RESPUESTA:
La prueba de que no todos sabemos
que es un error es que todavía hay
quien usa esa expresión. ¿Por qué?
Habría que preguntarle a ellos.
Me retiro con este pensamiento:
la cura más segura para la vanidad, es la soledad. ¿Cómo dijo? LAS
PALABRAS TIENEN LA PALABRA.