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Las Palabras Tienen la Palabra

Los apodos más curiosos

Juan Recaredo

Cuando era yo un imberbe chamaco con frecuencia oía que mencionaban en la radio a un futbolista al que apodaban “El Pichojos”. Me llamaba mucho la atención porque nunca supe –ni sé- qué es un pichojo, pero así son los apodos. En muchas ocasiones son palabras que no tienen significado alguno.

Luego, comentando con un amigo me decía que el Pichojos era Mario Pérez y yo le alegaba que su nombre era Luis. Al fin nos dimos cuenta que ambos teníamos la razón porque Pichojos era el padre llamado Luis y Mario era su hijo al que le apodaban igual. O sea que había dos Pichojos, aunque pronto descubrimos que no, los Pichojos no eran dos, era toda una familia.

Luis Pérez González surgió jugando de extremo izquierdo en el Club Deportivo Guadalajara donde entrenaba con su primo Tomás a quien apodaban ¿cómo cree usted? ¡Claro! Le decían El Pichojos que era una forma caricaturesca de aludir a sus ojos rasgados.

Al morir Tomás siendo relativamente joven en un accidente automovilístico, Luis heredó el apodo y después tuvo cuatro hijos quienes “para variar” se dedicaron a jugar profesionalmente al futbol. Eran José Luis, Carlos, Rodolfo y Mario quienes jugaban con el Equipo Necaxa. Ahí queda aclarado el hecho de que Mario, el de la tercera generación de los Pichojos, fuera conocido con el apodo que heredó de su padre y de su tío.

Todo este razonamiento me llevó a pensar en lo curioso que son los apodos en el medio futbolístico. Desde las grandes figuras como Diego Armando Maradona al que apodan Pelusa –aunque algunos muchachos maloras, cuando engordó demasiado le decían Marranona- hasta algunos diminutivos como El Chicharito, La Chilindrina, La Barbie o El Cabrito como apodan a Jesús Arellano, no sé si por su constitución física o porque es de mi querido Monterrey, donde el platillo más típico es el cabrito al pastor, o a lo mejor por las dos cosas.

Piojos sé que por lo menos hay dos: Miguel Herrera y Claudio López. Locos hay muchos, pero por lo pronto le puedo citar a dos que sé que comparten ese sobrenombre de manera oficial: Sebastián “El Loco” Abreu y Marcelo “El Loco” Bielsa.

Otros motes en pareja son “El Tano” que compartieron Leandro Gracián y Antonio de Nigris y el de los abuelos, Cruz y Azuara. El que irónicamente nunca compartió el apodo con una pareja es José Luis “Pareja” López.

Es lógico imaginar que ha habido muchos apodos de nombres animales: Oscar “El Conejo” Pérez, Alfredo “El Alacrán” Jiménez, Gastón “La Gata” Fernández, Alfonso “El Pescado” Portugal y Gustavo “El Halcón” Peña, por mencionar sólo algunos.

Escríbale a Don Juan Recaredo:

La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com

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PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Esthela Aguirre ¿Es lo mismo errático que erróneo?

RESPUESTA.

No es lo mismo. Errático es vagabundo, que no tiene un rumbo fijo y erróneo es algo equivocado, que contiene un error o varios.

Me retiro con esta reflexión: El tiempo somos nosotros y no es posible detenerlo. LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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