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Las Palabras Tienen la Palabra

El origen oloroso de Cuitláhuac

Todo el mundo –o casi- sabe que Cuitláhuac fue un soberano azteca, hermano de Moctezuma II. Lo que pocos saben es que la palabra cuitláhuac en náhuatl significa “el que está cerca del excremento”. ¡Gggiuuu!

Todo el mundo –o casi- sabe que Filadelfia es una gran ciudad de Estados Unidos y una de las más grandes del mundo. Lo que casi nadie sabe es que el nombre de Filadelfia viene del griego y significa “ciudad del amor entre hermanos”.

Escarbando un poco en la historia de la humanidad nos encontramos muchos casos como los citados en los que, al lado de un hecho de sobra conocido, hay algo que nadie o casi nadie sabe y que nos da una idea diferente de lo que se conoce.

¿Quién no sabe –por ejemplo- que Benjamín Franklin, político estadounidense, fue el inventor del pararrayos con el que se han evitado muchas desgracias que pudieron haber causado estas imprevistas y poderosas descargas eléctricas? Lo que nadie –o casi nadie- sabe es que Franklin con su cara de gordito bonachón fue importante factor de que estallase la Revolución Francesa, o sea que él fue el que se esforzó personalmente por desencadenar una de las más terribles tormentas de la historia.

Cualquiera sabe que Cleopatra fue la última reina del Antiguo Egipto de la Dinastía Ptolomeica y que se suicidó dejándose morder por un áspid que es una especie de cobra egipcia. Lo que pocos saben es que esta historia se refiere a Cleopatra VII -porque hubo otras Cleopatras- y el verdadero nombre de ésta era Filopator Nea Tea. Tampoco está comprobada históricamente la muerte por mordedura de un áspid y es muy probable que su suicidio haya sido de otra manera.

Todo el mundo sabe –o cree saber- que la esposa de Napoleón ha pasado a la historia con el nombre de Josefina. Lo que pocos saben es que el verdadero nombre de Josefina era Hortensia, mismo nombre que le impuso a su hija.

Todos sabemos y si no lo sabemos lo imaginamos que las tribus del África ecuatorial se dedican con frecuencia a la caza del león. Lo que parece que nadie siquiera se imagina es que entre muchas de estas tribus existe la costumbre de pedirle perdón al león, antes de matarlo.

Cualquiera sabe que la falsificación del papel moneda en todos los países se considera delito grave. Lo que sólo algunos saben es que en Estados Unidos, en pleno Siglo XVIII se castigaba la falsificación de dinero con la pena de muerte.

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com

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PREGUNTA DEL PÚBLICO:

David Espinosa: ¿Es correcto usar el verbo agarrar cuando cogemos algo, aunque no tengamos garras?

RESPUESTA:

Sí, aunque en sus orígenes el verbo agarrar se aplicaba a seres con garras, actualmente se refiere a “asir fuertemente con las manos”, aunque no se cuente con garras para ello.

Me retiro con esta reflexión: La concordia aumenta las fortunas pequeñas. La discordia arruina las más grandes. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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