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Las Palabras Tienen la Palabra

La mentira es lo más detestable

Juan Recaredo

Aún cuando uno no sepa el origen de la palabra detestar, lo entiende fácilmente. El diccionario se porta muy discreto cuando dice que detestar es condenar o maldecir algo. Yo digo que detestar es aborrecer, odiar algo con toda el alma, lo detestable es algo que te parece abominable, que no quieres soportar, tener cerca o que esté a la vista ni por un segundo.

Hay muchas cosas que uno detesta, pero hay algo que es lo que más detestas, lo que te molesta sobremanera. Me puse a hacer una especie de pequeña encuesta preguntando a mis amigos (ellos y ellas) ¿Qué es lo que más detestas en la vida? tratando de que contestaran sin pensarlo mucho. Las respuestas fueron muy variadas y en casi todas coincidimos.

Lo que más detesto es la mentira, contesta una chava que anda en el medio artístico buscándose un lugar como actriz famosa, pero la respuesta me parece inaceptable porque de hecho la misma respuesta en sí es una mentira, pues hay muchas otras cosas que la muchacha detesta más que la falsedad, por ejemplo que la ignoren o que un tipo que le gusta, “no la pele” es decir que no le haga caso.

Lo que más detesto es la gente presumida. Sí, en eso estamos de acuerdo. Esos tipos y tipas que van por la vida dándole razón al refrán aquel de que “dime de qué presumes y te diré de qué careces” y el razonamiento es muy sencillo, el que tiene de qué presumir, no necesita presumirlo.

Una figura bastante detestable es la de la persona (mamá o papá) que en una reunión se la pasa presumiendo a un hijo que es un genio, que saca puras calificaciones de excelencia, que los empresarios se lo pelean para que se vaya a trabajar con ellos. ¡Puras mentiras!

Una amiga me dijo “lo que más detesto es que me inviten a una boda y me digan o “sugieran” qué es lo que quieren que les regale”. O que me inviten a una despedida o a un “baby shower” y que la invitación vaya acompañada de un sobrecito para que yo le ponga un billetito. ¡Ay,- dijo- eso me cae “re’ gordo”.

La verdad es que a cada rato se topa uno con personas detestables, por ejemplo la gente manipuladora que siempre quiere que el grupo haga lo que ella o él dicen, la gente prepotente que humilla al mesero en un restaurante o a la sirvienta de su casa haciéndole ver que pertenece a otra clase social.

Otras respuestas: detesto a la gente que es cruel con los animales, detesto a los motociclistas que me sobrepasan en la carretera a l80 kms. por hora, sintiéndose muy machos porque van en su “caballo de acero”, a la gente miserable que le da dos pesos de propina al paqueterito en el súper…

En fin ¡hay tanta gente destestable en el mundo! Ahora ya nada más me falta saber qué es lo que la gente detesta de mí.

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com

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de Monterrey, N. L.

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Eduardo Treviño pregunta. ¿Cuándo el Papa deja su cargo, dimite o abdica?

RESPUESTA:

Los dos verbos pueden aplicarse. Dimitir es renunciar a algo. Abdicar generalmente se aplica a un soberano que renuncia a su soberanía.

Y me retiro con esta reflexión: la enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.

¿Cómo dijo?

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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