A nueve días de asumir el poder, el alcalde electo de Torreón, Miguel Riquelme, ha mandado algunas señales sobre el estilo de gobierno que proyecta ejercer. Hasta el momento los nombres de los funcionarios dados a conocer han generado una expectativa positiva.
Al ser una transición tan larga (en julio se llevó a cabo la elección), Miguel Riquelme ha apostado por irse involucrando con tiempo en el ejercicio de la administración municipal para no comenzar de cero. Al ganar la elección por un margen tan cerrado el futuro alcalde está obligado a dar resultados prácticamente de inmediato, particularmente en el área de servicios públicos, para generar confianza en los ciudadanos quienes en un amplio porcentaje se muestran decepcionados de la administración que termina.
El primer nombramiento anunciado fue el de Enrique Mota Barragán como tesorero. La noticia fue bien recibida tanto por actores políticos como empresarios. Incluso una destacada panista llegó a comentar que a ella le daba confianza que Mota Barragán manejara las finanzas del Municipio, sobre todo después del desorden que caracterizó la gestión de Pablo Chávez Rossique.
También el nombre de Jorge Luis Morán Delgado como secretario del Ayuntamiento fue bien recibido. Un diputado local del PAN me comentó en una plática de café que en su opinión Morán había hecho un buen trabajo como secretario de seguridad de Coahuila y que era un buen perfil para desempeñar la labor de secretario del Ayuntamiento.
Pero sin duda uno de los nombramientos más celebrados por diferentes actores de la sociedad civil fue el de Susana Estens al frente de Ecología, puesto que ya desempeñó con gran acierto en la administración de José Ángel Pérez. Grupos como Ruedas del Desierto, la reserva del Cañón de Jimulco han manifestado su apoyo a la futura funcionaria. Es importante señalar que Susana Estens tuvo la iniciativa de realizar un estudio en conjunto con la Universidad Iberoamericana y la Narro sobre la cantidad y tipo de basura que arroja la población. El estudio fue prácticamente ignorado por la administración saliente, de ahí la importancia de que sea retomado para diseñar políticas públicas sobre el manejo de los desechos.
Renata Chapa al frente de Cultura y Alina Garza en Deporte tendrán gran responsabilidad en realizar acciones encaminadas a la prevención del delito. El arte y el deporte son herramientas fundamentales para evitar que jóvenes de colonias marginadas apuesten por el crimen para ganarse la vida.
Hasta el momento los nombres de los próximos funcionarios corresponden a perfiles probados en sus diferentes áreas. El alcalde ha apostado por profesionalismo más que por cuotas partidistas, lo que sin duda genera expectativas positivas. También resulta alentador el anuncio de que la nómina municipal sufrirá un recorte considerable en 2014.
De acuerdo a una nota publicada en El Siglo de Torreón el pasado viernes, el Presupuesto de Egresos, serán 155 millones menos, "equivalente a un 25 por ciento y con el mismo porcentaje de reducción de empleados. De los 600 millones de pesos con que cerrará este rubro la actual administración, bajará a 445 millones de pesos a ejercerse durante 2014".
La misma nota consigna que la próxima administración municipal ejercerá un Presupuesto de Egresos de mil 573 millones de pesos en el primer año y será aplicado en seis ejes principales: Gobierno eficaz, con 575 millones de pesos; Infraestructura y servicios públicos, con 499 millones; Seguridad pública y prevención del delito tendrá 213 millones; Desarrollo social, 200 millones; Desarrollo económico, 44 millones, y Agua y medio ambiente, 40 millones de pesos.
En estos meses Riquelme se ha sentado con empresarios, pero también con organizaciones civiles para conocer de viva voz sus demandas y tener mayor contacto con la ciudadanía.
Por ejemplo, el Colectivo Moreleando se dijo satisfecho por la reunión que tuvo con el alcalde electo y la cual se prolongó por más de tres horas, dejando asentados compromisos firmes.
Destaca la intención de Miguel Riquelme de dejar la presidencia del Consejo Técnico del Simas para darle mayor autonomía al sistema de agua, reducir la nómina, sus prestaciones e incluso ya propuso eliminar el sueldo que tiene el secretario técnico del Consejo, puesto que siempre había sido honorario.
Insisto, hasta el momento el discurso resulta alentador, sin embargo más allá de las expectativas positivas que genera cualquier cambio de administración es imposible darle un cheque en blanco al futuro alcalde, ya que los ciudadanos requieren acciones concretas para recuperar la confianza. No le falta razón a Ricardo Segura de Participación 29 cuando afirma que es necesario mantener una actitud crítica porque la mayoría de las veces en el ejercicio del poder se olvidan las promesas de campaña.
Miguel Riquelme está obligado a partir del primero de enero a batear todos los días de hit. Son muchas las necesidades de Torreón, afortunadamente recibe un policía municipal depurada, que sin duda es el gran logro de la administración de Eduardo Olmos, al mismo tiempo que los índices de delitos van a la baja. Sin embargo las carencias son muchas: ausencia de inversiones que generen empleos bien pagados, servicios primarios de calidad, un rescate integral del centro, una mejor policía preventiva y mayor transparencia en el manejo de los recursos públicos son algunas de las asignaturas pendientes.
La participación ciudadana será de gran importancia para vigilar las acciones de gobierno y éste cumpla las expectativas creadas.
Resulta mezquino apostarle al fracaso de la futura administración, por el contrario lo deseable es que sea una buena gestión porque más allá de intereses políticos y partidistas el barco se llama Torreón y en ese viajamos todos, de ahí que lo deseable sea que el discurso se convierta en realidad y la ciudad en la que vivimos vuelva a recuperar la calidad de vida que tenía en el pasado inmediato antes de ser azotada por el crimen organizado.
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