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Le juegan venciditas a Peña Nieto

CARLOS LORET DE MOLA A.

Lo peor de los maestros de México está agrupado en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Los estados donde son rectores de lo que pasa en las aulas -Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Chiapas- son los que salen peor evaluados.

Ellos argumentan que reprueban los exámenes porque trabajan en estados pobres, donde sus alumnos llegan malnutridos a clases. Los gobernadores de Guerrero, Ángel Aguirre, y de Oaxaca, Gabino Cué, ya enarbolan también el mismo argumento y piden "tropicalizar" la evaluación para hacerla más comprensiva de las circunstancias socioeconómicas locales.

En el discurso suena atractivo. Tanto a los maestros de la CNTE como a los gobernadores les conviene culpar de la mala educación a la pobreza. Sin embargo, si el Gobierno federal accede a esta petición los interesados podrán ganar tiempo, pero el resultado no variará:

Desde hace varios años, la organización Mexicanos Primero construyó el Índice de Desarrollo Educativo Incluyente (IDEI), cuyo objetivo es evaluar los niveles educativos de los estados sin que estén sesgados por sus circunstancias socioeconómicas.

El director general de Mexicanos Primero, David Calderón, lo explica sencillamente: es como si dos hijos de la misma familia salieran de su casa una mañana rumbo a la escuela, sólo que uno toma clases en el DF y el otro en Oaxaca. ¿Quién aprende más?

El resultado del IDEI es contundente: la peor educación la imparten los maestros afiliados a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en sus bastiones de Michoacán, Oaxaca, Guerrero y Chiapas.

La razón no sólo tiene que ver con la mala preparación de la mayoría de los profesores. Es también responsabilidad de la dirigencia sindical de la CNTE que rechaza estructuralmente la evaluación de alumnos y maestros, no rinde cuentas sobre el dinero que recibe, utiliza a la escuela como botín electoral, suspende clases a la menor provocación y ha hecho del vandalismo callejero una exitosa arma de chantaje político (los malos programas de estudio, la desgastada infraestructura escolar y el pésimo manejo del presupuesto educativo por parte de estados y Federación contribuyen también al drama).

Las movilizaciones de la CNTE contra la reforma educativa se han tornado cada vez más violentas y parecen jugarle "venciditas" al gobierno del presidente Enrique Peña. Mientras a Elba Esther Gordillo la metieron a la cárcel (justamente, a mi parecer), a los igualmente responsables de la CNTE les tienden una mesa de diálogo (injustamente, a mi parecer). Quizá les temen. Temen que, con los nexos que tienen con grupos altamente violentos y radicales, puedan extremar sus manifestaciones y volver ingobernables varios estados del país. Ya lo hicieron con Oaxaca en 2006. En estas "fuercitas", la Policía Federal desalojó el bloqueo de la CNTE que perjudicaba a los vacacionistas. Ambos grupos se mandan señales.

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