Un par de lanchas volcadas y el pastar del ganado en el interior de la presa Lázaro Cárdenas, donde normalmente hay gran cantidad de agua almacenada, son los vestigios que ha dejado la intensa sequía de los últimos tres años. Sin embargo, el panorama se ha tornado alentador.
La presencia y el color de las nubes que rondan la zona serrana y a la comunidad de El Palmito, ubicada a un costado de la presa, así como las fuertes lluvias que se han dejado sentir a lo largo de la semana, son una señal de que las cosas mejorarán, según sus habitantes.
Aunque el paisaje en la presa no deja de ser sorprendente, al llegar, la primera impresión no es muy grata, debido a que la zona excedente que es la que primero se aprecia, está completamente seca.
En el lugar, el ganado vacuno, así como equino deambula entre la hierba para alimentarse, mientras que dos lanchas volcadas permanecen en el suelo seco.
Según trabajadores esta área es la última que recibe el vital líquido, ya que se encuentra en un nivel más alto, sin embargo, comentan que cuando hay una buena captación de lluvia, lleva niveles elevados de agua.
Al finalizar esta área, se encuentra el vaso de la presa en donde la figura en piedra de Lázaro Cárdenas, por ser impulsor de este proyecto, es la primera en recibir a los visitantes. El ex presidente tiene a sus costados otras figuras que representan la construcción y los beneficiarios de la obra.
La vista de Cárdenas está dirigida hacia el vaso de la presa que actualmente concentra bajos niveles de agua, lo que se hace más notorio con las marcas que han dejado almacenamientos buenos o aceptables.
Ante estas condiciones los habitantes de la comunidad El Palmito, municipio de Indé, Durango, saben que la situación es difícil no sólo para la pequeña comunidad que tiene como actividades principales la pesca y el turismo, sino para toda una región.
De la presa Lázaro Cárdenas, se extrae el agua de riego para la Región Lagunera.
El inicio de su construcción data de 1936 -durante el sexenio de Lázaro Cárdenas del Río- y finaliza 10 años después. El objetivo era el control y manejo de los escurrimientos del Río Nazas que ahí nace por la confluencia de los ríos Ramos y Oro.
La presa tiene una capacidad de almacenaje de 2 mil 873 millones de metros cúbicos (mm3) y al cierre de las compuertas que fue el pasado viernes, tenía sólo 675 mm3, uno de los niveles más bajos de su historia, pero no el peor.
Francisco Palacios Rodríguez, habitante de El Palmito, dice que es la tercera ocasión en la que la presa ha registrado sus peores niveles por la falta de precipitaciones en la Sierra Madre Occidental.
"En el 95 la presa estaba casi vacía, tenía como 200 millones de metros cúbicos el nivel fue el más bajo, ahorita en los últimos tres años hemos visto cómo ha bajado el agua, pero no ha llegado todavía a esos extremos", dijo.
Francisco recuerda que el poblado Palmito Viejo, junto con otras comunidades rurales, quedó sepultado con el agua una vez que la presa se echó a andar, por lo que fueron reubicadas.
Es por eso que la apreciación de las torres de lo que era la Iglesia y otras construcciones de los poblados en el interior de la presa, es el principal indicador de la gravedad de la sequía.
"Ahorita no se ha alcanzado a ver la Iglesia como ya sucedió una vez, eso quiere decir que la situación no es la más crítica, pero estamos concientes que es una de las más difíciles", dice.
Según registros de la hemeroteca de El Siglo de Torreón en el ciclo de riego 1994-1995 la presa finalizó con 679 mil 027 millones de metros cúbicos, en el 1997-1998 con 552 mil 416 mm3 y en 2001-2102 registró 236 mil 697 mm3 en el mes de junio, pero cerró con 734 mm3 en el mes de octubre.
Reportes de la Comisión Nacional del Agua muestran que en esta semana El Palmito registró sus primeros escurrimientos, de 228 y 143 metros cúbicos por segundo (m3/s) lo que significó un aumento de casi un 1 por ciento en el volumen.
La medición final del volumen para determinar la extracción para el ciclo agrícola 2013-2014 se hace a finales de octubre, por lo que los pronósticos para los pobladores son buenos, ya que los meses de agosto y septiembre son los que registran las lluvias más intensas.
ESPERANZA
Para la comunidad de El Palmito este aumento es un indicio de que las cosas mejorarán. La pesca que ha ido en detrimento desde finales de los 90→ 's por ejercerse sin control, aunado al escaso almacenaje de agua, ha mermado de manera considerable la producción. Según Vicente Contreras y Ángel Bustamente, la sociedad cooperativa aglutina a 40 miembros actualmente, de los cuales sólo 20 ejercen la actividad, ante el difícil panorama.
"Por la falta de agua los peces casi no se mueven, se quedan quietos y buscan oxígeno en lo más hondo, por eso casi no sacamos nada", dice Bustamante. El turismo también ha disminuido, así como las actividades deportivas que se desarrollan en el interior de la presa y que dejan una importante derrama económica, por lo que aseguran que no les queda más que pedir por una buena temporada de lluvias.
"No tenemos de otra, más que pedirle a Dios que nos mande más agua para que la presa se llene y la gente tenga de qué vivir, tanto aquí en el Palmito como en la Comarca Lagunera", finaliza Contreras.
Abandonadas. Desde hace meses dos lanchas permanecen volcadas en la parte seca de la presa.