El énfasis al tema económico del presidente Barack Obama y el desdén al combate a la delincuencia y al tráfico de armas no son casuales. Obedecen a la estrategia de reducir los déficit de Estados Unidos, lo cual presumió en días pasados, y hasta proyecta un tratado de libre comercio con Europa, lo cual dejaría a México en calidad de damnificado.
Números y papelitos hablan. En el 2011, el poderoso imperio registró un déficit fiscal de 198 mil millones de dólares y en 2013 desea Obama ubicarlo en 107 mil millones de dólares.
Procura el carismático mandatario un crecimiento del Producto Interno Bruto de EU de 2.3% en este año, elevarlo a 3.2% en 2014 y llegar a 6.7% en 2015.
Obama se ufanó la semana pasada de haber cumplido a sus acérrimos adversarios, los republicanos, "más de la mitad de sus demandas" en el aspecto económico. Por ello quiere mayores éxitos.
Fueron ellos, los del partido conservador, quienes infligieron a Obama la dolorosa derrota sobre control de armas. De ahí el enorme festejo de 70 mil asistentes a la convención de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), celebrada en Houston el viernes pasado. Para dar una idea, 500 mil texanos poseen licencias para portar armas y muchos de ellos las venden a cárteles mexicanos.
PASEMOS A LOS PAPELITOS. Una cosa son los discursos, cargados de cumplidos mediante la espléndida retórica de Obama y, otra, lo que queda escrito. En la Declaración Conjunta de México y Estados Unidos ya no es mencionada la Iniciativa Mérida.
En pocas líneas enfatizan los presidentes actuar contra la delincuencia organizada y los flujos financieros ilegales -lavado de dinero- así como atacar "el tráfico de armas". Sólo esta frase se lee sobre armamentos en ese documento. Obama fue quien detuvo la investigación de Rápido y Furioso, referente al tráfico bélico realizado por altos funcionarios de su gobierno.
En cambio, la Declaración Conjunta tiene contenidos de preocupar. Este es uno: "los presidentes dieron la bienvenida a los pasos positivos que el Congreso de Estados Unidos está tomando para instrumentar el acuerdo relativo a los yacimientos transfroterizos de hidrocarburos en el Golfo de México y que incrementará la seguridad energética de América del norte…"
¿Cuál es ese imperial acuerdo, del cual nada se ha informado aquí y para qué lado es la seguridad energética? Nuestros vacacionistas diputados y senadores deben tomarse la molestia de leer dicho documento.
En la conferencia conjunta de Palacio Nacional dijo Obama: "creo que tenemos una enorme oportunidad de auspiciar más comercio, más puestos de trabajo, más tráfico en nuestros países". Concepto similar escuchamos en 1992, antes de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Entonces abrió México las puertas de par en par y llegaron los cuantiosos volúmenes de carnes y cereales, lo cual abatió a la producción agropecuaria de México. Hoy se importa más del 55% de cuanto comemos y vestimos. Hubo aumento de empleos, pero en Estados Unidos.
Obama proyecta una cruzada similar. Se congratula de los intercambios del año pasado por casi 500 mil millones de dólares de México con su país… y viene por más.
El presidente Peña Nieto y Obama acordaron un grupo de alto nivel para potenciar la relación económica. Peña dijo que la reunión del gabinete económico de aquí con titulares de EU constituye un hecho inédito. Pero eso ya sucedió con el TLCAN y puede repetirse la historia protagonizada por Carlos Salinas de Gortari y George W. Bush.
De concretarse el tratado de EU y Europa, las armadoras del viejo continente se irían de México porque bajarían sus costos al vender sus vehículos directamente a los "primos", sin pagos aduaneros.
LOS DELITOS DE terrorismo, motín, sedición y daños materiales, tipificados a cuatro maestros de Guerrero, dan lugar a penas de decenas de años. ¿Por qué la Secretaría de Gobernación ordenó su inmediata libertad? Con esto no se juega y, si hubo acuerdos bajo la mesa, funcionarios de Bucareli son los responsables.
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