Entrar a una galería o un museo donde estén en exhibición pinturas representa más que el gusto por admirar el trabajo de un virtuoso de este arte. Es todo un proceso en el cual la persona admira desde la técnica, los materiales, hace un juicio sobre si lo que está percibiendo se encuentra dentro de lo que (subjetivamente) le parece adecuado y lo califica según su experiencia y expectativas. Esta descripción del proceso es más larga de lo que la realidad ocurre, ya que ni se ha mencionado el proceso a nivel sistema nervioso central de lo que ocurre (cerebro) y toma menos de un minuto hacer una conclusión a nuestro juicio de la obra.
Pero partiendo desde el autor, quien toma de su experiencia, de su entorno y de la técnica que está a su alcance. Para generar un producto de su creación con un objetivo específico. Lo cual es aplicable no sólo a artistas contemporáneos. A su vez existe un tema muy relacionado con lo que respecta a lo que el autor aporta a su obra: la creatividad. El concepto de creatividad de antaño era más bien fundado en la inspiración usualmente sobrenatural, muy al estilo de las musas sin embargo con el paso del tiempo se han ido explicando estos procesos desde un enfoque científico sin menospreciar el mérito del autor. Edward de Bono (psicólogo) propone el pensamiento lateral como una forma de resolución de problemas de manera creativa e indirecta, lo que da resultado una forma diferente de llegar a un punto planteado. Aplicando este concepto al ámbito artístico resulta interesante que usualmente aquéllos que se aventuran a romper los cánones establecidos por las escuelas de artes son quienes paradójicamente las hacen progresar.
Esta forma de pensamiento no es única de los artistas, aunque implica un proceso creativo puede tener aplicación en otras áreas. Y es el proceso mismo lo que genera un cambio de resultados. Cuando se presentaron por primera vez cuadros impresionistas al público en un salón "de los rechazados" fue una respuesta a las circunstancias de no poder presentarse en un salón oficial, acción que significó la oportunidad de brindar al mundo un arte renovado para que progresara el continuo del arte sobre la historia.
Si ya se planteó una forma "diferente" de pensar existe también una característica relativa a la inteligencia. Howard Gardner autor de las inteligencias múltiples postula que todas las personas tenemos siete tipos diferentes de inteligencias, de las cuales desarrollamos unas que otras a lo largo de la vida. Cuando la idea de inteligencia en general se asocia con la habilidad de resolver cuestiones matemáticas, quedaría excluida una parte del campo de las artes.
Pero con la teoría de Gardner la inteligencia espacial ubica las capacidades de presentar ideas de una forma visual lo cual va acorde con el trabajo de artista plástico o del pintor en su caso específico. Los antiguos egipcios dieron muestra de ello en sus pinturas al pintar el pie y torso de frente (lo que se conoce como escorzo) lo cual no había ocurrido con anterioridad. En lo posterior el Florentino Giotto di Bondone retomo el arte de crear la ilusión de profundidad sobre las superficies planas en los frescos de catedrales. Lo que fue una innovación dentro del el arte de época.
Todo lo que ocurre antes de que la obra esté terminada sin incluir las técnicas aprendidas por el autor es sin duda un proceso más que interesante, porque en vez de dar respuestas a dudas sobre la persona del artista genera más interrogantes sobre el cómo se formulan las obras en la mente del artista.
En la psicología se propone que se debe a proyecciones de la vida personal del artista sobre sus producciones, lo que enriquece y hace más atractivo el ver de cerca la obra final tomando en cuenta contexto, material y sobre todo personalidad.
