Los famosos puntos
Hoy en día, prácticamente cualquier transacción que efectúa con su tarjeta de crédito le da acceso a los llamados puntos, un sistema diseñado por los bancos para atraer y conservar a sus clientes. Si todavía no sabe cómo funciona, puede estar perdiéndose de varios beneficios.
Si es usted usuario de una tarjeta de crédito, seguramente alguna vez ha recibido catálogos, folletos o cartas que hablan de puntos que usted ha obtenido. ¿Se ha tomado el tiempo de revisarlos? Usualmente estos cuadernillos enlistan aquellos bienes que las instituciones ofrecen dentro de los llamados ‘programas de recompensa’, que esencialmente tratan de lo siguiente: cada vez que el cliente utiliza su crédito, el banco le concede una cierta cantidad de puntos canjeables por una gran variedad de artículos, incluidos los electrónicos, productos para él o ella, para el hogar o la oficina, boletos de avión, noches de hotel, renta de autos, monedero electrónico y un muy amplio etcétera.
Desde luego, es de suponerse que estas promociones van dirigidas a los tarjetahabientes cumplidos. Pero ¿qué más sabe de reunir puntos mediante sus compras? Tal vez se haya preguntado qué gana el banco al efectuar este tipo de regalos. O quizá le causa cierto recelo la idea de que en teoría cualquiera pueda llevarse a casa una lavadora automática sólo por pagar la cuenta del súper con una tarjeta.
PREMIO A LA LEALTAD
A nivel mundial, los estadounidenses se caracterizan por ser los principales ‘reyes’ en el uso del dinero plástico. Es en ese país donde más personas acostumbran realizar viajes o bien, adquirir numerosos objetos gracias a las bondades de sus tarjetas; aunque por supuesto, México también cuenta con este tipo de prestación.
El regalo de puntos que dan las tarjetas de crédito es esencialmente una estrategia de mercadotecnia diseñada para que el consumidor use el dinero plástico lo más posible y a la par generar un incentivo para asegurarse de que el día de mañana los clientes cumplidos no vayan a ‘correr’ hacia otro banco.
Sin embargo no se trata solamente de soltarse a comprar lo primero que haya a la vista con el fin de ganar puntos para irse a Cancún en las siguientes vacaciones; hay varios factores que deben tenerse muy claros. Para empezar, como mexicanos es básico tomar en cuenta que en el mercado de nuestro país estos incentivos van dirigidos a personas con ingresos superiores a seis salarios mínimos, cuyas necesidades básicas estén cubiertas por completo, pues de lo contrario el uso frecuente de la tarjeta de crédito más que a viajar con millas lo llevará a la farmacia, a buscar con qué quitarse un terrible dolor de cabeza.
Teniendo muy claro que el uso de una tarjeta de crédito debe ser planeado y que el monto de su deuda nunca debe ser superior al 30 por ciento de sus ingresos, usted puede aprovechar estas promociones.
En México existen alrededor de 24 millones de tarjetas de crédito circulando. Hay por lo menos tres productos financieros por cada banco, lo cual indica que se trata de un mercado muy competido. Por ello, un objetivo de las instituciones es hacerse de clientela y mantenerla a toda costa; como en ocasiones no pueden hacerlo a través de una comisión atractiva o un mejor costo anual total (CAT), los mercadólogos recurren a las programas de lealtad o fidelidad. De este modo, hoy elegir una tarjeta de crédito no sólo depende de las necesidades de cada cliente, sus finanzas, la evaluación del CAT y los costos, sino también de las ventajas que puede obtener, en este caso con los sistemas de puntos. Bajo tal perspectiva las promociones que manejan los bancos se vuelven fundamentales para que una persona elija firmar un contrato con ellos.
De acuerdo a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef), los programas de lealtad funcionan de forma muy parecida: cada vez que se usa el producto financiero, el banco da un porcentaje de la compra realizada en puntos o millas, los cuales se deben acumular para cambiarlos por bienes como los ya mencionados. Todos los beneficios están sujetos al tipo de tarjeta que se tenga, que generalmente se clasifica en clásica, oro o platino; entre más alto es el nivel, mayores son las utilidades.
Que no escapen
Destaca la Condusef que algunos bancos inscriben automáticamente a sus clientes en estos programas, sin embargo hay otros en los que el alta debe solicitarse de forma expresa, por teléfono o Internet. Por lo que si usted tiene una tarjeta de crédito y está interesado, nada pierde con acudir a un ejecutivo de cuenta para que le explique el funcionamiento preciso de su tarjeta, ya que las condiciones pueden variar en cada caso.
Vale la pena subrayar que si bien casi siempre registrarse en estos sistemas es gratuito, hay instituciones que tienen un plan de lealtad tan atractivo, que cobran una cantidad anual extra por integrarse a él.
Debe mencionarse que los programas de fidelidad no forman parte de ningún requisito de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), así que los bancos no están obligados a dar un informe detallado de cada movimiento. Por ello es importante que usted se mantenga al tanto de cómo va en sus puntos o millas, pues si vence el plazo de vigencia ya no podrá hacer uso de estos. En promedio se ‘guardan’ durante uno a cinco años, así que si usted es una persona organizada podría planear un buen viaje o adquirir un bien en un mediano o largo plazo.
Por otro lado, un riesgo para el tarjetahabiente es centrarse en el objetivo de reunir X cantidad de puntos, de tal forma que hace compras no planeadas sólo para alcanzar ese incentivo.
¿PUNTOS PARA SIEMPRE?
En opinión de algunos mercadólogos, las estrategias de fidelidad se han desgastado en los últimos años. Un estudio de la empresa SAS México reveló que tales programas están dirigidos para que el cliente gaste más y que a larga se endeude o termine cansado de la marca. Existe poca especialización en la generación de lealtad, los sistemas se enfocan en el gasto y no en la consolidación de la firma.
Por lo pronto, si usted tiene interés en aprovechar estos beneficios es importante que a la hora de contratar una tarjeta de crédito no se deje llevar por cuántos puntos le darán sino, al igual que siempre, analice la comisión que le cobrarán por los movimientos, el CAT, vea si las cláusulas incluyen otros gastos (como seguros que tal vez usted no quiere adquirir), y desde luego, haga una exhaustiva evaluación de sus ingresos. No comprometa su futuro a la ligera.
Correo-e: smunoz@elsiglodetorreon.com.mx
PUNTOS VS. MILLAS
Si al contratar su tarjeta de crédito le dan a elegir entre un plan de fidelidad de puntos o uno de millas, tome en cuenta lo siguiente:
Puntos. Es el programa de fidelidad por excelencia. Su mecánica es muy sencilla: la tarjeta de crédito ofrece puntos acumulables por cada compra que usted realice, y le permitirá canjearlos por bienes y servicios que vienen detallados en el catálogo que otorga el banco (impreso o en una página web). En dado caso de que a usted le guste un artículo y no lo complete con sus puntos, pude pagar la diferencia con su crédito.
Otra variante que usted reúna puntos y los cambie por dinero, mismo que se deposita en su cuenta de débito y puede ser retirado en cajeros automáticos o hasta emplearse para pagar la comisión anual de su tarjeta.
Millas. Si lo que busca es viajar, lo que más le conviene es adquirir una tarjeta de millas; funciona igual a la de puntos, sólo que en vez de artículos puede canjear boletos de avión.