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Los periplos de Yoanni

PATRICIO DE LA FUENTE

Antes de viajar a la isla de Cuba y queriéndola comprender a fondo, primero comencé por sus escritores y por su literatura, por sus periodistas. La realidad de cualquier país sería inentendible sin ellos. A través de la mirada de un creador, de lo que plasma y narra, ahí queda la memoria histórica que funge como huella indeleble de lo que alguna vez fuimos y lo que pretendemos llegar a ser. A una nación, sus artistas le dan colorido.

De Cuba me enamoré leyendo a quienes escribían desde ahí, y a otros que lo hicieron en el exilio y a partir de la nostalgia que significa añorar, y por las promesas de una tierra de libertades que no fue tal cosa o como bien decía Pablo Milanés, de aquellas alas que no volaron y cayeron al mar.

Guillermo Cabrera Infante, Antonio José Ponte, Reinaldo Arenas, Abilio Estévez y por supuesto, Ernest Hemingway, desde sus ojos de extranjero en tiempos de Batista: gracias a ellos comprendí un poco más, luego viajé. Algún día, esperemos que en circunstancias muy distintas y cuando allá se palpe la verdadera libertad, habré de regresar, caminar por sus calles y oír los boleros de José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, y tantos otros cuyas canciones me acompañan desde niño.

Hoy a Cuba la entiendo un poco más gracias a Yoani Sánchez, una joven filóloga y periodista que pese a las enormes limitaciones tecnológicas de aquel país -recordemos que el Internet es un privilegio limitado a funcionarios, diplomáticos y turistas- consiguió abrir un blog que lleva por nombre "Generación Y", desde donde escribe y relata las tribulaciones y realidad de la isla, esas que van desde lo simple y cotidiano, hasta lo trascendente y profundo. Así como por otros comprendí a la Cuba del siglo veinte, a la de hoy la miro a partir de lo que Yoani narra tanto en su blog como en Twitter.

Galardonada con diversos premios y distinciones a nivel internacional tanto por su defensa de los derechos humanos como por el trabajo periodístico que realiza, Yoani María Sánchez Cordero se ha convertido en una de las más visibles y férreas críticas del Gobierno de Fidel y Raúl Castro, de ahí que sea permanentemente vigilada, perseguida y acosada por la seguridad del Estado. Sin embargo, ser tan famosa en el mundo entero, le ha significado una especie de blindaje o escudo protector: cualquier agresión en contra de su persona supondría la condena de una comunidad internacional que tiene puestos los ojos en ella.

Después de una década de intentos fallidos por salir de Cuba y ver el mundo, fue hasta hace un par de meses y gracias al ablandamiento de las restricciones para viajar, que Yoani finalmente obtiene el ansiado pasaporte y pudo salir al extranjero. Al igual que Julio Verne, esta bloguera y periodista emprendió un periplo de ochenta días donde visitó diversos países. Su primera parada fue Brasil, de ahí recorrió otros muchos y finalmente, como lo ha dijo, regresaró a la tierra que la vio nacer.

En ocasiones, los seres humanos no apreciamos y valoramos en su justa dimensión lo que significa ser libres pues concebimos a la libertad como un valor dado, o creemos que por autonomasía siempre estará ahí. Por ello, escuchar de voz de la propia Yoanni cómo fue el día que tomó el avión que la llevó fuera, resulta una de las experiencias más emotivas y emocionantes a las que he asistido en últimas fechas. La lucha de Yoanni Sánchez es quizá el ejemplo más grande y hermoso del triunfo de la voluntad y de la importancia que supone nunca claudicar pese a las dificultades y cuando todos los pronósticos están en nuestra contra.

Pero Yoanni tiene algunos detractores y éstos la recibieron con pancartas e insultos durante toda su viaje. No cabe duda, querido lector, que la mano del régimen cubano es larga y sus alcances no se deben soslayar. Inclusive hasta agente al servicio de la CIA la llamaron.

Al ser cuestionada por la prensa sobre los ataques que recibió hace meses, Yoani Sánchez dijo sentirse contenta de estar en países donde cada ciudadano puede expresar su opinión y disentir con entera libertad.

Ojalá algún día, querida Yoani, tu lucha culmine en la Cuba que tú y tantos millones de compatriotas no han visto, la Cuba que la revolución les prometió y que hoy más que nunca desean y quieren legarle a las generaciones venideras. Una Cuba, valga la redundancia, libre.

Twitter @patoloquasto

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