Se acercan las fechas de Navidad y Año Nuevo, y como siempre, cocinamos deliciosas recetas familiares. Aquí en la Comarca Lagunera, siempre se hacen nuestros ricos tamales. ¿A quién no le gustan los deliciosos tamales? ¿Quién no ha probado un delicioso tamalito rojo, verde, de dulce, oaxaqueño, etcétera, con un delicioso champurrado o un cafecito de olla? Pues bien, esta vez nos adentraremos en la increíble historia de nuestros tamalitos, sus orígenes y nuestra deliciosa receta. El tamal (del náhuatl "tamalli", que significa "envuelto") es un nombre genérico dado a varios platos americanos de origen indígena, preparado generalmente con masa de maíz cocida envuelta en hojas de la mazorca o de la misma planta de maíz, plátano, maguey, aguacate o incluso papel aluminio o plástico. Pueden llevar o no relleno, el cual puede contener carne, vegetales, chile, frutas, salsa, etcétera. Además, pueden ser con sabor dulce o salado. El origen del tamal ha sido disputado por varios países de América, no se han obtenido pruebas suficientes para atribuirlos a alguna cultura o país en particular. Diversas variedades de tamales han sido desarrolladas en casi todos los países del Continente Americano, especialmente en México, Perú, Argentina, Chile, Bolivia, los países de Centroamérica y otros países de América, donde el maíz tiene preponderancia en la dieta. Debe notarse que el origen del maíz fue probablemente en la región central de México, desde donde se diseminó por el resto de América. Siendo el tamal un método sencillo de cocción del maíz, es posible pensar que fue inventado en la región origen del maíz, es decir, México, y de ahí llevado a otras culturas y regiones. Son descritos por Fray Bernardino de Sahagún en "Historia General de las cosas de Nueva España" a principios del Siglo XVI, y muestra al tamal como parte de la vida cotidiana de algunas culturas de México en la época prehispánica, además de usarse en rituales religiosos, en ofrendas y tumbas. Aunque el término tamal es el más conocido, puede cambiar su nombre en otras ciudades, países, regiones y culturas. El nombre cambia en su mayoría dependiendo de la preparación del tamal, la envoltura o el relleno. En México, Honduras, Perú, España, Cuba, Estados Unidos y Guatemala, se les llama tamal, aunque en Estados Unidos también se le llama tamale. En Chile, Argentina, Bolivia y Ecuador, se les llama humitas. En Venezuela, se le conoce como hallaca. En Colombia, se llama tamal y hay varios tipos, dependiendo de las regiones. En Belice, se les llama bollo. En Puerto Rico, se les llama guanime a cierto tipo de tamal dulce, hecho con harina de maíz, leche de coco y azúcar, envuelto en hoja de plátano. En República Dominicana, se les llama pasteles en hoja, un platillo muy similar al tamal, pero no está relleno de masa de maíz, sino de otros ingredientes, como la yuca, plátano y envuelto en hojas de plátano. En Brasil, se les llama pamonha y son dulces. En México, hay una gran variedad y algunos otros nombres para tamales: zacahuil, corundas, pata de burro, nacatamales, chak chak wah, buulil wa, kehil uah, chanchamitos, uchepos, canarios, juacané, xocotamales, tamales oaxaqueños, tamales yucatecos y chiapanecos, tamales norteños, tamales sinaloenses, tamales dulces y de elote, y para finalizar, la torta de tamal y bolillo (pan francés ), las famosas "guajolotas". En ningún país existe tanta diversidad de tamales como en México. Cada región y estado tiene ciertos tipos de tamales, tantos que su variedad se calcula en más de 500 en todo el país. Actualmente, los tamales son parte importante de la dieta de los mexicanos y muy populares en las fiestas y celebraciones. Son extremadamente populares en las fiestas de los bautizos, en las posadas y otras fiestas navideñas También, en México se usan como ofrendas en las fiestas del Día de muertos, celebradas el primero y dos de noviembre, y en las del Día de la Candelaria, celebrada el dos de febrero. El Día de la Candelaria termina el periodo de adviento del año litúrgico católico, y se celebra con el consumo de tamales y atole. La tradición dicta que la persona que encontró un pequeño muñeco representando al Niño Dios dentro de la Rosca de Reyes debe de invitar los tamales el dos de febrero; a todas nos ha tocado alguna vez. Todos los años en la Ciudad de México se festeja la Feria Latinoamericana del Tamal, en los primeros días de noviembre, coincidiendo con la celebración del Día de Muertos. En la semana previa al dos de febrero, se celebra la Feria del Tamal, en conmemoración del Día de la Candelaria. Como dato curioso, el tamal tiene su lugar en los dichos populares de México, y entre tales frases, una que todavía se utiliza en el presente es la de "El que nace para tamal, del cielo le caen las hojas", que se refiere a que uno no puede escapar de su destino, o que la providencia favorece a quien está realizando su misión de vida. La siguiente receta es de los deliciosos tamales oaxaqueños, que se distinguen por la hoja de plátano y por llevar mole negro en su preparación. Y como dato curioso, la cantante Barbra Streisand manda preparar un servicio especial para recoger tamales oaxaqueños recién elaborados, que son su plato preferido.
La receta: Tamales Oaxaqueños
(12-15 porciones)
4 Hojas de plátano grandes lavadas y hechas rollo.
1 Cebolla
4 Dientes de ajo
1 Pollo mediano
1/4 Kilo de pierna de puerco
1/2 Kilo de mole negro
250 Gramos de manteca de cerdo
1 Kilo de masa blanca para tortillas
1/2 Taza de agua con 2 cucharadas de tequesquite
Sal al gusto
Procedimiento
Las hojas de plátano se cuecen por 20 minutos o hasta que no se vean verdes. Se escurren, se desenrollan, se secan y se cortan en cuadros de 20x20 cms. aproximadamente.
Se cuece la carne de puerco en agua a cubrir con ajo y cebolla. A media cocción, se agrega el pollo en trozos y dos tazas de agua hirviendo y una cucharadita de sal. Se deja enfriar, se retira la carne, se quitan los huesos al pollo y se corta en pedazos medianos.
Se reserva el caldo. Se disuelve el mole con un poco de la parte grasosa del caldo y se pone a calentar.
Se bate la manteca para que quede blanda y esponjosa. Se va incorporando la masa alternando con el caldo en el cual se habrá disuelto el tequesquite; se le agrega batiendo siempre la grasa que flota por encima del mole, y la sal necesaria. Para saber si está a punto, se toma una bolita, se pone en un vaso con agua; si flota, está lista.
Se extienden las hojas y se untan con una capa ligera de masa, una cucharada de mole y dos de carne. Se pone otra hoja encima y se dobla cuidadosamente en tres partes, cuidando que queden las orillas sobre el centro, y enseguida, se le da la misma forma del otro lado; deben de quedar cuadrados como paquetito.
Se aseguran amarrándolos con tiritas del tronco de la hoja de plátano o un cordelito. Se ponen a cocer en vaporera 1 1/2 horas, revisando que no le falte el agua. Un truco para controlar el agua es poner una monedita en el fondo de la vaporera; mientras haya agua, se oirá su tintineo. Se sabe cuando están cocidos cuando al abrir un tamal se desprende de la hoja.
Contenido Nutrimental por cada 100g
Energía 218 Kcal
Humedad 51.00 g
Proteínas 8.10 g
Grasas 6.60 g
Cenizas 1.00 g
Carbohidratos 31.5 g
Fibra bruta 1.80 g
Presentación :
Una o dos piezas en un plato.
Maridaje
Champurrado, café de olla o chocolate caliente.
Me despido de "Los sabores de Fiore", "Cocinando con historia", y como siempre, les deseo un buen provecho. La comida se disfruta aún más junto a una buena compañía.
duranflorencia@gmail.com