Salud. La institución enfrenta un nuevo reto derivado del surgimiento de servicios médicos privados.
En momentos en los que el Instituto Mexicano del Seguro Social busca fortalecerse y aliviar su situación financiera que incluye pasivos de casi 2 billones de pesos sólo en el régimen de jubilaciones y pensiones, trabajadores, patrones y la propia institución enfrentan un nuevo reto derivado del surgimiento de servicios médicos privados que por un lado alivian las carencias del propio IMSS, pero por el otro podrían causarle un boquete financiero aún más grande del que ya tiene.
Desde hace más de cinco años ha surgido una docena de empresas que ofrecen servicios médicos de prevención y salud integral con paquetes empresariales de análisis clínicos y de gabinete, consultas, evaluaciones médicas a los trabajadores y empleados, así como la intervención inmediata en caso de accidentes laborales.
El IMSS pierde porque ve reducidos sus ingresos provenientes de las cuotas que por el nivel de riesgo de cada empresa los dueños están obligados a pagar y éstos a su vez buscan alternativas para la atención de sus trabajadores, pues argumentan que el servicio es mejor en una institución privada y adicionalmente las primas de riesgo al calificar a una empresa son muy altas y hasta exageradas.
La prima de riesgo o grado de riesgo de una empresa se califica a partir de variables como la suma de todas las lesiones que sufren sus trabajadores en un año, la actividad de la misma, las instalaciones, el equipo, los materiales que se manejan, etcétera.
Juan Pablo Castañón, presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), dijo que en el caso de un accidente de trabajo, el empleado tiene que ser atendido de manera urgente y con las mejores prácticas, ya que la empresa tiene la responsabilidad de solucionarlo de manera inmediata y siempre protegiendo su salud e integridad física.