A medida que avanza el calendario los tiempos políticos presagian complicaciones. Ya se escucha sonar de nuevo la melodía de las urnas porque el próximo 7 de julio habrá comicios en 14 estados, casi la mitad del país.
La dinámica de confrontación para la búsqueda de votos significa una ruta completamente diferente a la que ha prevalecido en el Pacto por México. A finales de abril terminará el periodo ordinario de sesiones del Congreso y faltan varios expedientes importantes de procesar, desde la reforma de telecomunicaciones en el Senado hasta los pendientes en materia de transparencia, sin dejar de lado que faltan también las leyes secundarias de las reformas recientemente aprobadas. Los tiempos que vienen anuncian una agenda política cargada.
Después de los primeros cuatro meses del nuevo sexenio se ha generado un clima de novedades y reformas que ha opacado una serie de problemas que siguen sin resolverse, como el desempleo y la inseguridad, dos de las principales preocupaciones de los ciudadanos.
El gobierno de Peña Nieto ha ganado legitimidad en sus primeros meses, pero sólo es el principio. La fase de construcción de esta presidencia ha iniciado con una agenda reformadora, pero todavía hace falta elaborar las leyes secundarias y empezar a implementar las nuevas reglas. Hasta este momento Peña Nieto ha dado muestra de que es un político pragmático, que le interesa recuperar las capacidades públicas de arbitraje del Estado y que está dispuesto a modificar el cuadro de alianzas y zonas capturadas por los poderes fácticos. Vamos a ver hasta qué punto llega esa voluntad presidencial antes de que se pueda iniciar otra captura y una nueva red de intereses y alianzas que paralicen la ola reformadora de los últimos meses.
En las próximas semanas vamos a ver qué hace el Senado con la minuta de las telecomunicaciones; y qué hacen los diputados con sus pendientes en materia de transparencia y acceso a la información. Abril será el tiempo para sacar adelante los pendientes de la primera oleada de reformas.
Entre mayo y junio la tensión se trasladará a los procesos electorales. A pesar de estar en juego sólo una gubernatura, Baja California, también se disputarán 447 diputaciones y mil 348 ayuntamientos. La apuesta del PRI es recuperar esa gubernatura, que perdió desde 1989. Ese estado ha permanecido durante 24 años en manos del PAN y ahora puede regresar a manos del tricolor. En cada estado predominarán las dinámicas locales, pero se pueden establecer también líneas generales; por ejemplo, el PRI intentará mostrar que ahora que recuperó la Presidencia puede imponerse en las regiones con mayor facilidad. Desde la parte opositora no se ven posibilidades importantes para pelear las plazas en disputa, salvo quizá las que logren las alianzas entre PAN y PRD, como sucedió hace tres años cuando ganaron tres estados. Para el PAN resultará clave conservar la gubernatura, pero si vemos la historia reciente de comicios locales en Baja California, veremos que el PRI ha avanzado de forma importante. Por el lado del PRD no se juega ningún bastión importante, salvo Oaxaca, pero con las complicaciones que ha producido la reforma educativa, el panorama se encuentra muy revuelto entre magisterio y gobierno estatal.
Seguirán en el escenario las protestas de la CNTE en contra de la reforma educativa y por nuevas reglas locales en Michoacán, Oaxaca y Guerrero. La violencia incrementa las muertes, asesinatos y colgados, prácticamente como estábamos en el sexenio pasado, lo que ha cambiado es que el Presidente se refiere poco al tema y muchos medios le han bajado al acento de la nota roja. El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, a dos años de haberse creado, sigue con sus demandas insatisfechas. Se aprobó una ley de víctimas, pero pasará por una cirugía mayor para que se pueda empezar a aplicar.
Después de julio, que será electoral, se empezarán a preparar las siguientes reformas, la energética y quizá la fiscal, que forman parte del Pacto por México. En éstas puede haber algunos consensos, pero también existen enormes diferencias, sobre todo con la izquierda perredista y con el anuncio que ya ha hecho Morena de que no va a permitir una supuesta privatización de Pemex, ni un aumento al IVA en medicinas y alimentos. De esta forma, la segunda parte del año presentará proyectos legislativos que anuncian fuertes debates y que someterán a una dura prueba la continuidad del Pacto. Estos son algunos elementos de los tiempos que vienen…
Investigador del CIESAS